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17 de enero de 2021

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Buscando la palabra epifaníaen el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, aparece como “manifestación, aparición o revelación”. Y es que, haciendo honor a este significado, en los últimos años, cada seis de enero en el centro penitenciario de la “Torrecica”, un grupo de voluntarios de la pastoral penitenciaria ataviados con guitarra, panderetas, algún regalo y mucha ilusión peregrinamos hacia el misterio de la Navidad, como si de los Reyes Magos se tratase, para compartir alegría, esperanza, bailes y villancicos navideños. El centro sale del letargo de su rutina para dejarse estremecer por un Niño que ya nos relataría el profeta Isaías: “pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel”; llega así la manifestación del Dios con nosotrospara iluminar esa monotonía a la que hacía alusión, desde la esperanza, la alegría y el amor.

Este año de pandemia no podría ser menos, el Espíritu Santo insufla su sabiduría del corazón para convocar en el colegio María Inmaculada a un pequeño grupo de la pastoral penitenciaria junto al capellán, para programar un encuentro entre Enmanuely nuestros amigos internos. La tarea está encomendada, aunque físicamente no podamos ir todos, consensuamos llevar dulces navideños junto con un calendario del nuevo año y una tarjeta escrita a mano por familias, amigos y jóvenes de la parroquia de San José que manifestarán todo el cariño que les queremos transmitir. Parece que la ausencia física está en sintonía con el 2020, pues nuestra voluntaria y religiosa Pilar ha dejado recientemente nuestra Diócesis junto a su comunidad, las hermanas Franciscanas Misioneras de la Natividad de Nuestra Señora, después de cien años de misión. Encarnita, también voluntaria que tantos años ha compartido lo que os voy relatando, nos deja en el tiempo de Adviento para reunirse junto al Padre en el cielo.

Como veis, todo es distancia física, aunque aparente, pues es colmada por la presencia del mismo Jesús resucitado donde un ángel dirá a las mujeres “ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: «Él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, tal como os dijo»”.

Sería el pasado lunes 28 de diciembre cuando nuestro compañero Ginés pudo compartir en la “Torrecica” toda esa alegría del Evangelio, entre bolsas de regalos para alentar a nuestros amigos que el Niño de Belén está entre nosotros y así lo transmite emocionadísimo a la vuelta hacia todos los voluntarios de la pastoral penitenciaria.

Aprovecho para agradecer a la asociación de caridad “San Vicente de Paúl” más conocida como las Luisas de Marillac, que en todo momento ha estado y está dispuesta para colaborar con esta pastoral desde el servicio y la entrega callada.