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6 de noviembre de 2020

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]H[/fusion_dropcap]e buscado en el diccionario la palabra resiliencia. Y dice esto: «En psicología, la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas y adversas adaptándose y sobreponiéndose». Pues parece que la vamos a necesitar, individualmente y como sociedad. En el hospital, con las secuelas de todo lo que hemos pasado en la primera ola de la pandemia, nos enfrentamos a la segunda. Hemos visto morir a mucha gente y en soledad. Hemos trabajado con escasos medios viendo cómo enfermaban también nuestros compañeros (algunos han precisado ingresar, algunos también han muerto). Los ánimos y las fuerzas están tocadas.

Además, las respuestas que la ciencia nos da sobre esta enfermedad todavía son escasas; de hecho se ha comprobado que algunos tratamientos que utilizamos en la primera ola no sirvieron. La vacuna no va a llegar rápido y no sabemos si será eficaz y segura. La economía se nos hunde. He acompañado a enfermos que, además, han perdido su trabajo o su negocio por la pandemia. Vivimos un tiempo duro de muchas pérdidas, de mucha gente en la cuneta. Desde hace tiempo me acompaña en mi consulta un dibujo del“ buen samaritano”. Me ayuda en mi día a día con los enfermos. En el se ve cómo el samaritano carga en una mula a un hombre medio muerto, apaleado en un camino. Tras haberlo curado lo lleva a una posada para que se recupere. Ya lo sabéis por la parábola, previamente habían pasado un sacerdote y un levita (hombres de la religión y el templo) por allí, pero“ dieron un rodeo” y pasaron de largo.

Como creyente le pido al Señor que en esta situación tan dura me ayude para que no dé ningún rodeo ante tanta gente en la cuneta, ante tanto sufrimiento. Lo primero el hombre y su dignidad delante del sábado y la ley. ¿De que nos servirá a los cristianos de hoy los ritos, la observancia estricta, lo sagrado, el incienso, los cánticos y capisayos, las novenas y adoraciones, si no nos conmovemos hasta las entrañas con el sufrimiento como lo hizo el profeta de Galilea? Jesús, ayúdanos a ser trabajadores por un mundo más humano. Cuidaros para cuidar a los que tenéis a vuestro lado..