
“Cuidar la creación está en el corazón de la fe cristiana”

“Cuidar la creación está en el corazón de la fe cristiana”
14 de septiembre de 2025
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Ianire Angulo Ordorica, religiosa Esclava de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios y doctora en Sagrada Escritura, ha estado en Albacete impartiendo la formación de inicio de curso a los profesores de Religión, con la ecología como tema central. Esta jornada coincide con la iniciativa ecuménica Tiempo de la Creación, que se celebra desde el 1 de septiembre hasta el 4 de octubre.
– Ianire, el cuidado de la casa común, un tema muy presente en la Escritura y que encontramos ya en el primer capítulo de la Biblia.
– Sí. Es un tema que no es una moda, aunque a veces, cuando hablamos de estas cuestiones, lo parezca. Todo lo contrario: se trata de una cuestión profundamente enraizada en nuestra tradición judeocristiana, a la que tenemos que volver. Aparece ya en los primeros relatos del Génesis y atraviesa toda la tradición bíblica.
– El Papa Francisco y ahora también el Papa León han puesto especial énfasis en la cuestión ecológica.
– Sí. El Papa Francisco lo ha hecho con sus encíclicas Laudato si’, de la que se cumplen diez años, y Laudate Deum. El Papa León, con un formulario específico para celebrar la Eucaristía por la creación. Todo ello nos recuerda que el cuidado de la naturaleza no es algo accesorio, sino parte esencial de nuestra fe. Creemos en Dios creador, y eso tiene consecuencias.
– Ianire, ¿cómo debe preocupar, o mejor dicho ocupar, la cuestión ecológica a los cristianos?
– Nos debe ocupar y preocupar desde un entendernos como seres relacionales, en comunión con toda la creación. Lo recoge muy bien el relato del segundo capítulo del Génesis, donde el ser humano está hecho del polvo de la tierra, vinculado y arraigado a ella, y además invitado a ser cocreador y a cuidar, como lo hace Dios, de toda la creación.
– Porque el culmen de la creación es el hombre.
– Sí, el ser humano es culmen de la creación, pero está invitado a hacer lo que Dios hace con ella: cuidar y proteger. El texto bíblico dice: labrar y cuidar. Eso significa ser cocreadores: responsables, cuidadosos, y no simplemente aprovecharse de la creación. Cuidar y aprovecharse son realidades antagónicas.
– ¿Qué podemos hacer en este tiempo en este Tiempo de la Creación?
– Lo primero es tomar conciencia de cómo estamos vinculados: no somos seres aislados. No solo formamos parte de una comunidad humana, sino que habitamos una casa común, donde compartimos espacio y vida con toda la realidad creada. Desde esa conciencia podremos asumir mejor nuestra responsabilidad en el cuidado de la creación, para que también las próximas generaciones puedan vivir en ella.
– El Papa León, en su mensaje para la X Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, afirma que la justicia ambiental ya fue anunciada por los profetas. ¿A qué se puede estar refiriendo el Papa?
– No sé exactamente qué tiene en mente, pero entiendo que habla de la necesidad de denunciar un comportamiento humano que rompe el equilibrio. Los profetas nos recuerdan que estamos en unidad con toda la creación. Por eso, cuando se realiza una conducta que rompe el vínculo con Dios y con los demás, también se está rompiendo con la creación. Nuestra manera de situarnos ante Dios, los otros, nosotros mismos y la naturaleza tiene repercusiones directas en el medio ambiente y en la realidad creada.
– Lo hemos visto este verano con la multitud de incendios sufridos en España. No cuidar la creación tiene consecuencias.
– Exactamente. Lo vemos ahora en primera persona, pero hace tiempo que ocurre en muchos lugares del mundo. Las hambrunas, las migraciones forzadas… muchas de estas situaciones están provocadas por un descuido del medio ambiente. Se trata de un problema de justicia que apela a nuestra responsabilidad y compromiso con la humanidad y con la creación.
– No podemos olvidar a quienes sufren más directamente el cambio climático.
– Efectivamente. Siempre son los más frágiles quienes más sufren, y lo hacen desde hace tiempo. Cuando nos toca a nosotros directamente, tomamos más conciencia, pero esto viene de atrás. Asumir un compromiso con los más débiles implica también responsabilidad y cuidado de la creación.
– Un cuidado que, en este Tiempo, debe ir acompañado de nuestra oración
– Sin duda. Todo lo que somos debe estar en este compromiso. No podemos fragmentarnos: somos una unidad. Nuestra oración, nuestra espiritualidad, nuestras decisiones, nuestras acciones… todo tiene que entrar en juego para orar, actuar y comprometernos según corresponda en cada momento.
– Finalmente, Ianire, ¿qué mensaje te gustaría dejar a nuestros lectores en este Tiempo de la Creación, respecto a nuestro compromiso con el cuidado de la casa común?
– Simplemente recordar algo que atraviesa la Escritura: somos relación. No somos individuos sueltos, independientes, autónomos. Estamos en relación con todos y con todo. Y eso es esencial tenerlo en cuenta.