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10 de abril de 2022

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Cáritas Albacete apoya el trabajo humanitario y la gestión de las Cáritas de Ucrania y de países limítrofes, de Cáritas Española y en coordinación con el Ministerio, las Administraciones Regional y Provincial y otras entidades sociales, para la acogida y atención de las personas refugiadas. 

Nadie podía imaginar que en pleno siglo XXI, Ucrania iba a despertar envuelta en un conflicto bélico y en un Estado de Guerra.

La Iglesia Diocesana y Cáritas, como instrumento de la Iglesia en el campo de acción caritativa y social, primero denuncia por completo esta situación creada, insta a los gobiernos a que se garantice la ayuda humanitaria que 12 millones de personas están necesitando dentro de Ucrania, los corredores humanitarios que faciliten el éxodo de los 4 millones de refugiados que abandonan la zona de conflicto, y la acogida de las personas que llegan a nuestro país, región o diócesis.

Cáritas actúa desde una actividad organizada como Iglesia local. Como estructura diocesana y parroquial, pone todo su empeño en ayudar desde un discernimiento a la organización y gestión de manera cualificada de la acción caritativa de toda la comunidad creyente de Albacete. Está escuchando y valorando toda iniciativa personal y comunitaria surgida desde varios puntos de la diócesis, y pone toda su experiencia, saber hacer y disposición para generar una fuerte confluencia de sinergias y optimizar todo recurso lo máximo posible.

Desde el primer momento, Cáritas Diocesana se sumó a la llamada de Cáritas Internationalis y Cáritas Española, y movilizó sus recursos para abrir una campaña de apoyo a la población afectada que ha sido acogida por la sociedad albaceteña de forma encomiable. Queremos hacer saber que desde Cáritas Diocesana de Albacete a día de hoy se han enviado a Ucrania un total de 124.650 euros. La respuesta ha sido y está siendo ampliamente generosa con esta emergencia.

Solo podemos decir gracias. Una gratitud extensa, que la hacemos llegar a toda la sociedad y la Iglesia de Albacete, Obispado, parroquias, Cáritas parroquiales, empresas, socios, colaboradores y donantes. Gracias, porque bien sea desde una opción de fe o desde una opción de plena confianza, han depositado en nosotros y en nuestra gestión esa responsabilidad y han creído que Cáritas es el cauce seguro para el ejercicio comprometido con la caridad y la justicia evangélica.

Cáritas Albacete está trabajando en coordinación de manera conjunta con Cáritas Española, Cáritas Europa, Cáritas Ucrania y las Cáritas de los países fronterizos, y lo hace de forma organizada, utilizando su red internacional, y apostando por el mercado local en este momento en que se necesita contribuir también a que no caiga la economía de un país.

 Creemos que es más eficaz hacerlo a través de esta red internacional, que mediante el envío de materiales en especie. La información que nos llega por parte de las Cáritas en el terreno es que es complicado gestionar cantidades elevadas de productos en especie puesto que precisan de almacenaje, clasificación o traducción de instrucciones y transporte seguro.

Conocemos de primera mano que Cáritas Ucrania continúa atendiendo a la población necesitada. Todos los programas de Cáritas allí se han reconvertido en lugares de apoyo a desplazados internos que huyen del conflicto. Los centros de atención cubren necesidades de alojamiento, aseo básico, comida y agua, realizando un esfuerzo especial por ofrecer además la ayuda de especialistas en psicología y otras disciplinas profesionales que ayudan a las personas en esa situación de miedo e inseguridad.

Que todos tengan la absoluta certeza de que Cáritas Diocesana de Albacete es garantía de seguridad, que está disponible en este momento para coordinar con toda entidad, velar y salvaguardar que se cumplan los derechos de todo refugiado y que ninguna persona quede al margen de ningún tipo de ayuda y protección, sea quien sea.

La labor de Cáritas sigue siendo la que ha desarrollado siempre, es decir, la atención de toda persona que acude a la entidad, bien derivada por servicios sociales, cáritas parroquiales, otras entidades o por voluntad propia. Desde hace años a nuestras puertas llegan personas de todas las nacionalidades y refugiados procedentes de otros conflictos que desgraciadamente asolan nuestro mundo y son atendidos según nuestras posibilidades.