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10 de marzo de 2021

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Cuando se cumple el aniversario de la declaración del estado de alarma a causa del impacto de la Covid-19, Cáritas Diocesana de Albacete rinde cuentas de cuál ha sido su respuesta en los últimos doce meses a los graves efectos sociales de la pandemia.

En este contexto, la Institución quiere hacer un reconocimiento al profundo dolor por las pérdidas humanas que sigue causado el coronavirus en el conjunto de la sociedad, y las secuelas, tanto físicas como psicológicas y emocionales que está dejando a su paso.

La respuesta de Cáritas en Albacete 

Cáritas Albacete se ha visto afectada de manera especial por esta pandemia. Su llegada supuso una paralización económica y una sacudida social que ha tenido un mayor impacto en las familias más vulnerables con las que la trabaja. De hecho, las demandas de ayuda que recibió a lo largo del confinamiento se multiplicaron por 2,3, debido especialmente a las restricciones a la movilidad, los ERTES sin cobrar, la paralización de la actividad económica o la precaria economía de las familias con las que trabaja. En términos generales, el incremento anual de familias atendidas para cubrir sus necesidades básicas ha sido del 38%, lo que suponen cerca de 8.200 personas más con respecto al año 2019. Además, esta crisis ha provocado que cerca del 30%de las personas atendidas hayan llamado por primera vez a las puertas de la Institución.

En los últimos 12 meses, la Instituciónha centrado su respuesta a la Covid en tres aspectos concretos:

  • Mantener el apoyo a las familias con las que ya se estaba trabajando, y cuya situación se ha agravado con esta crisis.
  • Acompañar a las familias que acuden por primera vez a causa de la precariedad sobrevenida ante esta realidad.
  • Adaptar la acción de personas voluntarias y contratadas a la nueva situación impuesta por el distanciamiento social para garantizar el acompañamiento a las personas que demandan apoyo.

Con el objeto de mantener el apoyo que desde otros ámbitos de trabajo prestaban, Cáritas tuvo que reinventar sus itinerarios de acompañamiento, aplazó durante el confinamiento las acciones presenciales de formación o el trabajo con grupos y adaptó el trabajo de todos sus programas a la nueva situación. Además, en los casos, donde la presencia física era estrictamente necesaria, como en trabajo dentro de la prisión o la atención directa a algunas familias que no contaban con cuenta bancaria o que no podían hacer uso de ella, se prestó apoyo presencial para que estas personas pudieran afrontar la vulnerabilidad agravada o sobrevenida por la crisis.

La situación sanitaria obligó a adaptar también la forma de trabajo habitual de los más de 1.400 voluntarios de Cáritas en la provincia, que pasaron de prestar una atención íntegramente presencial a realizar un acompañamiento telefónico o por otras vías no presenciales. Su compromiso se ha mantenido intacto a lo largo de este año, y han conseguido estar cerca de las personas que lo han necesitado, a pesar del notable incremento de demandas de algún tipo de apoyo. Al mismo tiempo, en este período han sido muchas las personas que se han ofrecido a Cáritas para colaborar como voluntarios, y que siguen haciéndolo.

En cualquier caso, esta pandemia ha activado un acompañamiento 2.0 basado en la multiplicación de la escucha telefónica y el uso de aplicaciones digitales de conexión, el apoyo escolar telemático, fomentando el uso de transferencias bancarias para sustituir las ayudas en especie, lo que además ha permitido avanzar en la dignificación del derecho a la alimentación.

Explosión de solidaridad 

Más allá del compromiso de las personas voluntarias y contratadas durante la pandemia, la respuesta de Cáritas a las necesidades de esta emergencia está siendo posible gracias a la movilización social y a la solidaridad que la sociedad albaceteña mostró desde el inicio, y que se ha manifestado de manera muy intensa desde el lanzamiento, el 14 de marzo de 2020, de la campaña “Cáritas ante el Coronavirus”.

Esta corriente de solidaridad se ha traducido para Cáritas Diocesana de Albacete con una recaudación total de 253.455 euros, entre donantes particulares y 69 empresas y entidades colaboradoras, para intervención con familias afectadas directamente por la situación de crisis generada por Covid.  De esta recaudación, 6.178 euros han sido donaciones en especie.

En términos de inversión económica, Cáritas Albacete ha movilizado 374.358 euros en ayudas directas, que han permitido a las familias que acompaña cubrir sus necesidades básicas. También destaca la respuesta a las necesidades especiales de familias con niños, niñas y adolescentes, donde junto a las demandas materiales básicas, surgían otras derivadas de la gestión a distancia del curso escolar.

Cáritas Albacete quiere poner en valor el trabajo y la implicación del equipo de trabajadores y de su voluntariado y agradece a donantes, instituciones, entidades, empresas y a la sociedad en general su gran apoyo que es lo que le ha permitido seguir estando cerca de las personas más desfavorecidas en medio de una crisis cuyas consecuencias económicas, advierte Cáritas, van a dejarse notar durante mucho tiempo.