30 de abril de 2021

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Ante este primero de mayo, Cáritas pone la mirada, como siempre, en las personas más vulnerables. Esta profunda crisis ha puesto y está suponiendo que se ponga de relieve la necesidad de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, donde las personas estén en el centro. La Institución vuelve a poner el acento en que el trabajo debe ser esa actividad que dignifca a las personas y sus familias.

Una de las consecuencias sociales ha puesto de relieve esta pandemia es el agravamiento de las condiciones de pobreza entre las personas más vulnerables con las que Cáritas ha trabajado durante 2020. La Institución denuncia la destrucción de tantos empleos en la provincia y que muchos de los ERTE puestos  en marcha hayan terminado en despidos. Además, las medidas de protección social, pensadas para paliar todos los efectos de esta crisis sanitaria y social tampoco han llegado a los que más lo necesitan.

La pandamia ha intensificado aún más el trabajo con las personas durante 2020, con el fin de que la dignidad de las mismas esté por encima de todo, incluso en los momentos tan complicados vividos y que áun seguimos viviendo.

El programa de Empleo y Formación de Cáritas Albacete ha tenido que rediseñar su forma de acompañar a quienes han demando esta ayuda en el tiempo de crisis, atendiendo a 995 personas durante 2020. En su mayoría, se trata de personas vulnerables con las que la Institución viene trabajando tiempo atrás, pero también familias normalizadas en las que la crisis ha impactado con fuerza, que han perdido su empleo y se han visto obligadas a pedir apoyo a Cáritas. La paralización de buena parte de la actividad económica también ha hecho que numerosas familias hayan perdido sus medios de vida, quedando en una grave situación de exclusión.

Desde el programa de Empleo y Formación, se diseñan diferentes ejes de trabajo, en función de las necesidades de cada persona, que van desde la acogida hasta la inclusión social, autonomía personal y participación social, a través de la orientación para el empleo, diferentes acciones formativas, la intermediación laboral y las empresas de inserción de la Fundación El Sembrador, que mejoran la empleabilidad de personas con especiales dificultades para acceder a un empleo en un entorno real de producción, desarrollando sus competencias laborales y personales. En todo este recorrido se lleva a cabo un acompañamiento cercano y digno en el que la persona es la protagonista.

Un año más, y en esta situación tan especial que estamos viviendo, Cáritas Diocesana de Albacete lanza su mensaje a la sociedad, a la Administración Pública y a los medios de comunicación, de solidaridad, de fraternidad, de tender la mano al que más sufre y enredarnos en su vida. Cada gesto cuenta.