
Congreso de vocaciones

Congreso de vocaciones
9 de marzo de 2025
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Albacete ha vibrado con su participación en el Congreso Nacional de Vocaciones, celebrado en Madrid del 7 al 9 de febrero.
El Congreso, que reunió a más de 3.000 congresistas, comenzó con el mensaje del Papa Francisco, quien se alegró que el lema recogiera las palabras de su exhortación Christus Vivit: “Muchas veces, nos dice el documento, en la vida, perdemos tiempo preguntándonos: ‘Pero, ¿quién soy yo?’; no llegamos, sin embargo, a la pregunta fundamental: ‘¿Para quién soy yo?’. Eres para Dios, sin duda. Pero Él quiso que seas también para los demás, y puso en ti muchas cualidades, inclinaciones, dones y carismas que no son para ti, sino para otros”.
Un Congreso que sigue vivo y que ya está dejando huella. Con la convicción de que el discernimiento cristiano, tan necesario, se fundamenta en la certeza de que Dios actúa en la historia y en las personas. De esta convicción nacen los retos: pedir al dueño de la mies y volver a acoger la llamada; vivir con gozo la propia vocación y fomentar una cultura vocacional; dar a la pastoral un alma vocacional y fomentar una organización eclesial basada en la comunión. Es tiempo de impulsar en la Iglesia la urgencia vocacional y misionera, convirtiéndola en una prioridad y en un compromiso.
La pregunta clave: «¿Para quién soy?»
Es la cuestión a la que todos los cristianos están llamados a responder. Una pregunta en la que han tenido el gran privilegio de ahondar cerca de una treintena de miembros de la Diócesis de Albacete. Cada uno, desde su propia realidad, ha tratado de empaparse de todo lo vivido en el Congreso de las Vocaciones, para tratar de buscar una respuesta personal, pero también junto a los hermanos, a esta trascendental cuestión, y al mismo tiempo, trasladar y aplicar lo aprendido como un servicio vocacional a nivel parroquial, comunitario y diocesano.
El Congreso de Vocaciones ha puesto de relieve que la mirada católica hace más perspicaz, más sorprendente y más divertida la vida. Una cita que ha dejado patente que hay que salir de uno mismo hacia Dios y hacia los demás, con el objetivo de inundar el mundo de fe, amor y esperanza. Y es que este ha sido un encuentro en el que se ha podido discernir y dar luz a este gran interrogante, sabiendo que la misión es el corazón de la identidad cristiana y que todos formamos parte de una familia vocacional.
Un compromiso compartido
Sacerdotes, religiosas y laicos de nuestra Diócesis, junto al administrador diocesano, Julián Ros, han trabajado de forma intensa para empaparse del espíritu vocacional de este congreso, que ha dejado patente que cada persona está llamada a ser y a vivir su vocación dentro del camino de la fe. Una experiencia de libertad que recuerda que todos estamos llamados a la santidad y que permita conocer el plan que Dios tiene para cada uno.
Encuentro, oración, llamada, compartir, misión, ilusión, ejemplos de vida, entrega, crecimiento en la fe, o compartir un comienzo de muchas cosas, son algunos de los términos y conceptos con los que se podría definir este Congreso, en el que los participantes han tenido la oportunidad de formarse, escuchar y conocer diferentes realidades y vocaciones. Este encuentro anima a navegar juntos mar adentro “remando a lo alto, a lo hondo y a lo ancho para responder a la pregunta, ¿para quién soy yo?”, tal y como compartía el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello.
“Ya sabemos la respuesta, y sabemos que el que nos la da, da la vida por nosotros y nos envía el Espíritu Santo para que podamos vivir la respuesta. ¿Para quién soy? Para el Señor en los hermanos”, subrayaba Argüello en este encuentro en el que los congresistas han podido ser testigos de las múltiples y distintas vocaciones que existen en la Iglesia, pero sabiendo que todos juntos son misión.
Si algo ha quedado grabado en el corazón de los participantes es que son muchos los llamados a una vocación y que celebrarla juntos es necesario. Una vocación vivida desde la alegría y volviendo una y otra vez a quien llena el corazón.
Después de ser llamados a participar en este Congreso de Vocaciones, que por delante una ardua tarea y grandes proyectos. Ahora toca salir y seguir preguntando de forma constante ese ¿para quién soy?, con el objetivo de encontrar respuestas y afrontar los retos futuros, tanto a nivel individual como colectivo.