“A través de las procesiones, el mensaje cristiano llega a más personas”

“A través de las procesiones, el mensaje cristiano llega a más personas”

13 de abril de 2025

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Al inicio de la Semana Santa 2025, hablamos con el Delegado Diocesano de Religiosidad Popular y Cofradías, Juan Manuel Sánchez García, sobre las procesiones y cómo vivirlas.

Comienza una nueva Semana Santa, pero para llegar a este momento ha sido necesario un arduo trabajo por parte de la delegación, las cofradías y las hermandades.
La realidad es que son meses de preparación, ya que, al fin y al cabo, no se deja de trabajar durante todo el año en la organización de las procesiones y todo lo que conllevan. Sin embargo, una vez que la Semana Santa termina, es momento de revisar lo que no salió bien, corregir errores y seguir trabajando durante el resto del año.

¿Con qué dificultades o problemas se enfrentan las cofradías en Semana Santa?

Uno de los principales problemas es la preparación material y logística. En muchos momentos hay numerosos aspectos que coordinar con los Ayuntamientos, la Policía y otros organismos.

Otro desafío importante es animar a la gente a participar. Muchas veces, la Semana Santa es vista solo como un período de vacaciones, por lo que es fundamental motivar a las personas a vivir sus tradiciones, a fortalecerlas y a comprender el verdadero significado de estas celebraciones. La Semana Santa es importante en toda la provincia. En cada localidad, es un momento de encuentro, de tradición y, sobre todo, de fe.

¿Qué papel tienen las procesiones dentro de la Semana Santa?

Las procesiones desempeñan un papel fundamental, ya que representan una catequesis plástica, una enseñanza visual que permite acercar el mensaje cristiano a muchas personas que, quizás, en otro momento del año no se acercan a las iglesias.

Es un momento en el que la gente puede dirigir su mirada al Señor, a la Virgen María, a los santos, y acercarse un poco más a Dios. A través de las procesiones, sacamos a las calles lo que vivimos dentro de las iglesias domingo tras domingo especialmente en la Eucaristía. Desde nuestra fe, transmitimos el mensaje a los demás, invitando a cada persona a un encuentro con el Salvador y a descubrir la salvación que todos necesitamos.

¿De qué manera las procesiones contribuyen a comprender el verdadero significado de la Semana Santa?          

Las procesiones surgieron como una forma de acercar el Evangelio al pueblo llano, convirtiéndose en una representación visual del mensaje de Cristo. Son un «Evangelio en la calle», que entra por los ojos y toca el corazón.

A través de las imágenes podemos llegar a transformar el corazón y llevar a la razón la comprensión del misterio de la fe. En las procesiones en las que participo observo las miradas elevadas a la Virgen y al Señor, las lágrimas de emoción en muchas personas. Sin embargo, nuestro desafío es que esa emoción no quede solo en un sentimiento pasajero, sino que se transforme en una fe profunda que dé verdadero sentido a nuestra vida.

Un cofrade, ¿cómo debe prepararse antes de comenzar una procesión? 

     Más allá de la preparación material, como planchar sus trajes y sacarlos del armario después de un año, lo más importante es la preparación espiritual. Es fundamental realizar una buena confesión, como se ofrece en todas las parroquias durante este tiempo, y vivir un verdadero proceso de conversión.

También es clave dedicar momentos a la oración personal. También en las parroquias, antes de salir a la calle, rezamos junto con los costaleros, las bandas y los nazarenos, y entonces se inicia la procesión.

Junto con la gran labor de las cofradías, hermandades, nazarenos, costaleros y músicos, ¿qué asignaturas pendientes crees que tienen nuestras cofradías y hermandades?

Insisto mucho en la importancia de la vida diaria en contacto con la parroquia. No puede limitarse solo a los momentos en los que sale a procesionar o a los ensayos previos, sino que debe existir una vivencia de fe constante.

Es fundamental la participación en la vida parroquial y, sobre todo, en la Misa Dominical, que es el encuentro de toda la comunidad para celebrar la resurrección de Cristo.

¿Cuál es el momento que vives con más intensidad de la Semana Santa?  

Además de los oficios que me toca presidir tanto en la parroquia de Fátima de Albacete como en la parroquia de San Bartolomé de Pozuelo, hay otros momentos.

Uno de ellos es la procesión del Jueves Santo por la noche, la Procesión del Silencio. Es, sin duda, una de las más sobrecogedoras de la capital. Ver las calles en absoluto silencio, envueltas en la oscuridad, con el único sonido del tambor, crea una atmósfera única. En esa procesión, además, participo como penitente, llevando mi cruz.

Otro momento significativo es hoy, cuando en la procesión del Domingo de Ramos, se abren las puertas de la Catedral y el paso del Señor en la Borriquilla inicia su recorrido hasta la parroquia de Fátima. Es un instante en el que siento que comienza verdaderamente nuestra semana grande.

Finalmente, el Domingo de Resurrección es la culminación de todo lo vivido. Después de la Pasión, llega la explosión de luz, color y alegría. Incluso en las vestiduras de las imágenes se refleja la felicidad de la Resurrección, que es lo que da sentido al Viernes Santo y a toda nuestra fe.

Para terminar, ¿qué mensaje te gustaría enviar a todos los cofrades y fieles para esta Semana Santa?

A todos los fieles, les invito a participar realmente en las procesiones. No solo como espectadores, sino como parte de la oración que sale a la calle. La procesión no es solo quienes desfilan en los cortejos, sino también quienes la viven desde fuera con fe y recogimiento.

A los cofrades, les animo a prepararse interiormente. Si llevan a Cristo en su corazón y hacen de Él el centro de sus vidas, nuestras procesiones y nuestra Semana Santa no serán solo una tradición, sino un verdadero testimonio de fe que transformará nuestras ciudades y pueblos.

Además, es esencial que, desde la fe, llevemos a la práctica la caridad, especialmente hacia los más pobres y necesitados. Este debe ser uno de los pilares fundamentales de nuestras cofradías.