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5 de octubre de 2013
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En los domingos del tiempo ordinario se nos van mostrando diversas actitudes que conforman nuestro ser cristiano. Hoy el Evangelio, Buena Noticia, nos plantea la necesidad de servicio para el creyente. Hoy es un día propicio para evaluar la calidad de nuestra fe medida en el servicio cercano, amoroso y eficaz que realizamos tanto con nuestros hermanos que están especialmente necesitados de nuestra atención como teniendo una actitud general de servicio en todas las circunstancias de nuestra vida.
Creer
En el texto del Evangelio de hoy, los discípulos le piden a Jesús: “Auméntanos la fe”. Todos necesitamos crecer en la fe, todos debemos pedir a Dios que nos aumente la fe. Por la fe afirmamos que Dios existe y que está a nuestro lado. Por la fe Dios da sentido a nuestra vida. Y como la vida es una nueva aventura cada día nos urge crecer en la fe continuamente para ir ganando en nosotros, en nuestro ser, momentos de realización completa, momentos de plenitud.
Además la fe nos hace presente al gran servidor que ha tenido la historia: Jesucristo. Dios al darnos a Jesucristo nos ha enviado el regalo más grande que podíamos imaginar los hombres. Jesucristo es el “hombre para los demás”. Así es Dios para nuestra vida: servicio y don. Por tanto la fe nos hace testimonio de Jesucristo en el contexto que nos ha tocado vivir y ante los hombres y mujeres de nuestro alrededor.
Servir
Jesucristo tiene muy clara su misión en la tierra. Se presenta en su pueblo de Nazaret como el servidor de los pobres, ciegos, desnudos, cojos, encarcelados, etc. Desde ahí se pueden entender perfectamente las palabras del evangelio de hoy: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.Lo propio de un cristiano es trabajar para el bien de todos, lo natural es servir a los demás como la razón de nuestra existencia.
La fe nos hace mirar al mundo que nos rodea para descubrir sus necesidades y atenderlas según nuestras posibilidades. Hemos sido creados para el servicio. La grandeza del hombre está en ser ayuda para los otros. Cuando ponemos a Dios en el centro de nuestra vida, surge en nosotros su misma mirada hacia los hermanos, mirada de misericordia, mirada de atención y servicio.
Se cree de verdad si se sirve
El Apóstol Santiago nos dice: “La fe sin obras está muerta”. Y también “Yo por las obras, te haré ver mi fe”. El creyente no es un ser en las nubes, tiene un estilo de vida que lo identifica: servir, servir y servir. El creyente es la persona, muchas veces en silencio, que ve al hermano necesitado y se pone a su lado para acompañarle y ayudarle. El creyente, por naturaleza, es el hombre del servicio.
El estar allí donde un hermano me necesita, es una óptima concreción del Evangelio, de la Buena Noticia de Dios para los hombres. La fe auténtica es el servicio. Manifestamos nuestra fe a través de la actitud de servicio que practicamos. El servicio evalúa nuestra fe.
Se sirve de verdad si se cree
Es cierto que cualquier persona humana, por serlo, puede hacer mucho bien a los demás hombres. Pero el creyente tiene los mejores apoyos para servir: el ejemplo de Jesucristo entregado para el bien de los hombres, su Palabra, clara y diáfana, que nos indica su mensaje, su asistencia continua en el bien obrar y su gracia que nunca nos falta.
El servicio de un cristiano es la mejor expresión del hombre nuevo prometido y realizado en la encarnación de la buena noticia del Evangelio. La fe, al referir la vida del hombre a Dios, lleva al creyente a ser testigo del modo de actuar de Dios con el hombre. La fe fortalece nuestro servicio.
Creer sirviendo
Este título es un buen resumen de lo que hemos venido diciendo anteriormente. La actualización de la Resurrección de Jesucristo que los cristianos vivimos en cada domingo se ha llenado de contenido en el texto del Evangelio de hoy. Nos sentimos impulsados a seguir sirviendo sin ruido a todos los hombres de la tierra empezando por los que tenemos a nuestro alrededor.
La fe en Dios tiene que crecer cada día en nosotros para realizar la hermosa tarea cristiana de ser consecuentes con las palabras de Jesús que hoy nos ha propuesto la Iglesia: “Hemos hecho lo que teníamos que hacer”. El creyente realiza su misión en la vida diaria con la sencillez del que se sabe instrumento en manos de Dios para que se vaya construyendo el mundo que Dios quiere.
Buen domingo y a disfrutarlo.
Juan Fernández Selva
Párroco de Bogarra y Paterna del Madera