En numerosas ocasiones la existencia se ha identificado con un camino. En nuestra retina queda la imagen del camino como símbolo de vida, de algo por recorrer. Una aventura que llevará a tomar decisiones y a descubrir una y mil situaciones para experimentar. 

Hoy, Jesús quiere despedirse de sus amigos y dejarles un testamento para no olvidar. Sus últimas palabras deben quedar en la retina y en la memoria de sus vidas. Son los consejos para que descubran la verdadera paz que propone después de la resurrección. 

Jesús ofrece su persona como el verdadero centro de la vida personal. No se trata de acciones, recetas, propuestas, invitaciones. Es momento de vivir de un modo nuevo. Centrar la vida y asumir esta propuesta en todas las dimensiones de la persona. 

No somos seguidores de Jesús por simpatía, amistad o querencia. No somos cristianos por atracción o deseo. Lo somos porque nuestra vida está centrada en una persona. Jesús es quien centra nuestra vida. Nos identificamos con Él. 

Jesús es camino. Muchas propuestas de vida nos ofrecen este mundo. Muchos caminos para recorrer: el éxito, lo fácil, el dinero, esfuerzo y trabajo, el placer, … Es Jesús una forma propia de camino. Su vida y su persona nos ofrecen claves para vivir: entrega, escucha, perdón, sacrificio, amor, caridad, esperanza, … Un camino no exento de sufrimiento pero que llena el corazón de paz y te hace sentirte pleno. 

Jesús es verdad. No es un sueño ni un ideal. Su persona es tan real como nuestro respirar. Su mensaje y forma de vivir es cierta y llena el corazón. Acercarnos a Él nos hace descubrir quienes somos para llegar a ser nosotros mismos. 

Jesús es vida. Cuando nos identificamos con Jesús y le seguimos encontramos plenitud. Vivir en Jesús es llenarse de sencillez. Descubrimos el trato amable contigo mismo y con los demás. Es dejarse hacer y mantenerse en la esperanza. Dar gracias por cada día que pasa. 

El apóstol Felipe no acaba de entender. A nosotros nos puede pasar lo mismo. Jesús lo repite. El secreto está en su persona, configurarse a Él.

José Joaquín Tárraga Torres
Delegado de MCS