Antonio García Ramírez
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11 de mayo de 2025
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Si el tiempo no lo impide, hoy se celebra la romería de llevada de la Patrona de Almansa desde la parroquia de la Asunción hasta el Santuario de Belén. El pasado lunes celebramos, con una solemne misa de campaña, el centenario de la coronación canónica de la venerada imagen. La Eucaristía fue presidida por D. Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, y concelebrada por D. Ángel Román, obispo de Albacete en su primera salida desde su ordenación episcopal el pasado sábado 3 de mayo. También concelebraban D. Ciriaco Benavente, obispo emérito de Albacete, y D. José Manuel Lorca, obispo de Cartagena-Murcia, además de un numeroso grupo de sacerdotes. Asimismo, participaron religiosas y una multitud de fieles.
Lo que se experimenta en la piedad popular respecto a la Virgen María es, sin duda, vida. Mucha vida. En esta tradición encontramos enlazada la historia de distintas generaciones que han ido pasando el testigo del amor a la Madre de Dios. Como lo que se refiere a todo lo verdaderamente importante, no encontramos palabras para describir este misterio que une lo que las ideologías separan.
El rostro de la Madre de Jesús, además de bello, es dulzura. Un vaso de agua fresca en el caluroso mediodía español. Dulzura que derrota la amargura que conlleva la experiencia de la fragilidad humana de quien se sabe vasija de barro. Dulce es el cariño que niños, jóvenes, adultos y ancianos desparraman a la Virgen María en este mes de mayo.
Y la tercera palabra que hoy traigo aquí, de la oración de la Salve, es esperanza. En el antes, durante y después… esperanza. En el portal de Belén, en el sermón de la montaña y en el monte Calvario… esperanza. Pues la piedad popular no solo es un tesoro patrimonial de identidad y cultura. Es, ante todo, el pueblo de Dios que peregrina. Que no se detiene en el valle de lágrimas, sino que avanza en la historia, pues confía en la promesa de que para Dios nada hay imposible.
¡Vito a la Virgen de Belén! ¡Y el Niñico también! ¡Agua, Virgen de Belén! Feliz domingo.