+ Mons. D. Ángel Fernández Collado
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14 de enero de 2023
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]Q[/fusion_dropcap]uiero dirigirme hoy a los más pequeños de la casa, a los niños de nuestra Diócesis de Albacete. El domingo 15 de enero, II domingo de tiempo ordinario, celebramos la Jornada de la Infancia Misionera nos unimos a esta Obra Pontificia. Esta Jornada de la Infancia Misionera está dedicada especialmente para que vosotros, los niños, para que nos enseñéis a compartir, a hacer vida ese lema que tanto conocemos de que “los niños ayudan a otros niños”.
Ya sabéis que, en nuestro mundo, y también en nuestra diócesis, a veces estamos divididos por el odio, las guerras, las diferencias y las envidias, … pero nosotros, los cristianos, mayores y pequeños, tenemos que mantener la unidad. Tenemos que ayudarnos, perdonarnos, y mostrar a la gente que otro mundo es posible. Tenemos una responsabilidad con nuestros hermanos pues, todos somos indispensables para Dios. Jesús escogió a los apóstoles, todos muy diferentes. Hoy, Jesús sigue escogiendo a personas como tú y como yo. Cada uno de nuestros nombres está escrito en la “lista”. Él te ha llamado y te ha escogido a ti.
En la Carta Pastoral que he compartido con vosotros en este inicio de curso, y que he titulado “Testigos de Jesucristo y su Evangelio”, he dejado reflejado que me gustaría, como vuestro Obispo, que trabajemos todos con ganas, ilusión y fuerzas, pues la tarea evangelizadora en la Iglesia, y como no podía ser de otra manera, también en nuestra Diócesis tiene que ser de todos y para todos. También de vosotros, queridos niños.
La unidad siempre impacta, maravilla y cuestiona a quien se encuentra con ella. Es muy hermoso el lema escogido para este año: “UNO PARA TODOS Y TODOS PARA ÉL”. Y es que, la sintonía de la fe compartida y vivida con un mismo corazón y una sola alma puede romper las murallas de indiferencia y apatía que nuestro mundo ha levantado para Dios.
La unidad en la Iglesia, y en nuestra Iglesia particular de Albacete, no es opcional: sin ella, la evangelización no puede dar fruto. «Que todos sean uno… para que el mundo crea» (Jn 17,21), pedía Jesús al Padre. Amamos la Iglesia, porque es comunidad (común-unidad) y comunión (común-unión); es ser todos uno en Jesús, permaneciendo en su amor. Y Él nos envía a compartir su amor con los demás, a compartir la alegría de Dios con los otros, siendo misioneros en nuestra vida.
Y lo tenemos que hacer como Jesús, para conseguir alcanzar, en el próximo curso, ser “Misioneros apóstoles de Cristo y su Evangelio”. Debemos analizar nuestro estilo de vida pastoral, la forma de hacer las cosas, cuidar la vida interior, nuestra relación con el Señor, y trabajar para mejorar los mecanismos de participación de todos en la vida de la Iglesia. Somos la Iglesia de Jesucristo que brota del Evangelio de Jesús y estamos llamados a encarnarnos en la historia con fidelidad a la tradición, abriendo caminos a la corresponsabilidad y a la participación. En definitiva, hemos de hacernos como vosotros, queridos niños, pequeños de estatura y grandes para Dios.
Por último, ya lo sabéis, la Iglesia realiza un trabajo inmenso con la infancia en los territorios de misión. Y toda esta labor necesita ser sostenida y apoyada. Con la Santa Infancia, el Santo Padre implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños en las misiones. Y cuenta también con adultos comprometidos, para que los misioneros sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de 4 millones de niños en 120 países. Seamos generosos económicamente, también en nuestra Diócesis, para ayudarles. Hagamos vida la Unidad. Hagámonos Uno con Jesús.
Que Dios os bendiga.
Ángel Fernández Collado
Obispo de Albacete