Manuel de Diego Martín
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31 de octubre de 2015
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El 24 de octubre tuvo lugar en el Colegio María Inmaculada la asamblea regional de A.I.C. (Asociación Internacional de Caridad) presidida por el Sr. Obispo para conmemorar los cien años de la presencia de esta organización de Caridad en España.
Todos conocemos las Conferencias de S. Vicente de Paúl que tanto bien están haciendo en el mundo entero y que fundó el laico, ya beato Federico Ozanán, siguiendo el espíritu de S. Vicente. Pero descocemos lo que significan las siglas de esta organización de Caridad que nació hace cuatrocientos años de la mano del mismo Santo y que celebramos aquí sus cien años.
Un día S. Vicente en sus misiones se encuentra con una señora que está enferma y todos los miembros de su familia se hallan en la misma situación y le pide ayuda. El santo sufre un impacto tal, que ya en el sermón que iba a predicar cambia de tema y lo que propone es buscar respuesta a este problema. Esta experiencia hará que S. Vicente se convierta en el gigante de la caridad. Necesita voluntarias que le ayuden. Así nacen aquellos grupos de mujeres que se acercarán a todos aquellos que tengan necesidades urgentes. Más tarde de la mano de Santa Luisa de Marillac funda las Hijas de la Caridad para hacer que el servicio de la caridad pueda llevarse adelante con mayor continuidad y eficacia. Pero las voluntarias de la primera hora siguen adelante y dentro de poco se celebrarán los cuatrocientos años de esta hermosa aventura.
En la Asamblea se reunieron un centenar venidos de Cuenca, Ciudad Real, Murcia, Cartagena y Albacete. Aquí tenemos dos grupos, uno en C/Tejares, y otro en el Colegio María Inmaculada. Se reúnen diariamente para hacer trabajos manuales, y vender luego en el Rastrillo y recoger fondos para ayudar a los pobres. Su tarea es visitar enfermos, ir a la cárcel, repartir comidas en el Barrio de “Las Seiscientas”. Tienen sus tiempos de formación y naturalmente de oración para alimentar su espíritu de amor a Jesús y a los pobres.
La Asamblea, me comenta la Hna. Josefina, Hija de Caridad y responsable de un grupo, ha sido una hermosura. Hemos tomado conciencia de lo que significa pertenecer y trabajar en grupo, informarnos de los desequilibrios de nuestra sociedad, también formarnos para mejor responder a ellos y compartir lo que hacemos con sus luces y sombras. Terminamos con la Eucaristía presidida por el Sr. Obispo donde reafirmamos nuestro compromiso de seguir adelante. Cuando algunos hoy se peguntan ¿Qué hace la Iglesia? La existencia de estos grupos y su compromiso con los pobres son la mejor respuesta.