Pedro López García
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16 de diciembre de 2023
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“Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. El Señor está cerca” (Flp 4,4-5). Con esta antífona empieza la Misa de este tercer domingo del tiempo de Adviento. Por eso este domingo es llamado Gaudete, es decir, ¡alegraos!
La alegría es la característica de las lecturas y de las oraciones de este domingo. Incluso la liturgia permite que se adorne con flores el altar por esta alegría.
Los días van pasando y la solemnidad de Navidad está ya muy cerca; por eso ¡alegraos! el Señor está cerca. Aunque no se tengan muchos motivos para la alegría, que se acerque la Navidad, que sepamos que Dios no nos abandona, que Él está entre nosotros, que está cerca… es la causa más grande para vivir un gozo profundo y una alegría auténtica.
En este contexto el evangelio nos vuelve a presentar la figura de San Juan Bautista como una fuerte llamada a la conversión, a la humildad y a reconocer quién es realmente Jesús.
La llamada a la conversión se hace para preparar la llegada del Señor, para prepararnos a acoger su presencia en las fiestas de Navidad, en cada domingo, en cada día y en cada acontecimiento.
La llamada a la humildad nos viene del ejemplo del Bautista que reconoce no ser él el Mesías, el Señor, el Esposo, si no un servidor sencillo y humilde. En Juan Bautista toda la Iglesia descubre su actitud fundamental: vivimos para anunciar a Cristo, no a nosotros mismos, para celebrar a Cristo, no a nosotros mismos, para vivir en Cristo, no en nuestros caprichos y mediocridades.
Cuando Juan grita que hemos de allanar el camino del Señor está revelando que quien viene es alguien de condición divina, Dios mismo; y aquí se empieza a desvelar ya el misterio de Jesús de Nazaret, Dios verdadero entre los hombres.
¡Alegraos! El Señor está cerca.
Pedro López García
Vicario Zona Levante