Luis Enrique Martínez Galera
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9 de marzo de 2013
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En la iglesia parroquial de Santa Catalina de El Bonillo, se encuentra una de las obras más importantes de la provincia de Albacete, El Cristo abrazado a la Cruz de Domenico Theotocopuli, “El Greco” (1541-1614).
Entre las obras que guarda el pequeño Museo parroquial, destaca por su calidad artística y su fuerte expresión religiosa esta obra de El Greco. El lienzo representa a Cristo en pie, con gran templanza, sobre un fondo atormentado, con túnica roja y manto azul, con marcados plegados en juegos de claroscuro, quien abraza la Cruz con manos alargadas de gran belleza, que parecen acariciarla. En la cabeza lleva una dura corona de grandes espinas, mientras la mirada se pierde hacia los cielos en aceptación plena de la voluntad del Padre.
La obra presenta las características propias de las obras del artista, figuras alargadas, pinceladas ligeras, colores contrastados, expresiones profundas, la aureola cuadrada, un ligero amaneramiento en las figuras, y si no fuera suficiente para su atribución, encontramos la doble firma del autor, una en latín y otra en griego. El tema repite otras composiciones del artista, como lo es la versión del Museo del Prado, pero en este caso, según los especialistas debe considerarse superior a la del Prado. Según los autores que lo han estudiado la obra corresponde a la etapa más brillante del artista entre 1590 a 1596.
La identificación del cuadro se produjo en 1928, que con motivo de la selección de obras para la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla, el escultor Ignacio Pinazo y el periodista Abraham Ruiz lo localizaron colgado a bastante altura en la Iglesia parroquial. Durante la Guerra Civil permaneció guardado en el Banco de España, y en 1970 fue restaurado por el Museo del Prado, luciendo actualmente toda su belleza y esplendor.
Si el pueblo de El Bonillo tiene alicientes para visitarlo, su museo parroquial y este cuadro en especial son motivo suficiente para acercarnos a él, y contemplar sin prisas este Cristo abrazado a la Cruz, que expresa y llena de sentido nuestra vida, invitándonos a llevar las dificultades y sufrimientos de la vida con esa paz y aceptación de la Cruz que nos contagia esta obra.