Manuel de Diego Martín
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10 de enero de 2015
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Se hicieron célebres las palabras de Marx en su manifiesto comunista cuando nos decía que un fantasma recorre Europa. Se trataba del Comunismo. Hoy pudiéramos copiar estas palabras diciendo que un fantasma recorre el mundo entero. Es el Islam fundamentalista ¿Cómo deshacer este fantasma?
El miércoles pasado celebrábamos la fiesta de S. Raimundo de Peñafort. Fue este un religioso, dominico, nacido en Barcelona, en el siglo XIII, que hizo una gran revolución legislativa, buscando que las leyes y su interpretación sirvieran al bien común y no fueran opresoras y esclavizantes. No en vano los juristas españoles lo tienen como su santo patrón.
Pero lo original de este hombre, fue que en medio de la invasión musulmana en España, trató de acercarse al mundo árabe. Y las armas para ello era aprender su idioma, estudiar el Corán, conocer su cultura. Tenía muy claro aquello de que vale más encender una cerilla que maldecir las tinieblas. Era consciente de que conociendo la religión y cultura del otro es más fácil el diálogo y se facilita la buena convivencia. Esto es lo que pretendía Raimundo con el Islam de su tiempo.
El tema del diálogo con el Islam de hoy es un tema de rabiosa actualidad. Sabemos que muchos franceses están que echan las muelas porque los Islamistas están consiguiendo del Gobierno francés todo lo que quieren cambiando montón de cosas en el mundo educativo y en los hábitos sociales para satisfacer sus exigencias. Dicen que Francia ya no es Francia sino Arabafrancia. Ahora, después del atentado del otro día ya os podéis imaginar cómo estarán nuestros vecinos.
También en Alemania estos días se han dado manifestaciones anti-islamistas. Fue muy sonada la de Colonia en que para protestar contra esta manifestación que muchos no la ven bien, apagaron la iluminación de la Catedral. También otros establecimientos apagaron sus luces para protestar por lo mismo. Se están produciendo contra-manifestaciones porque ven que lo que pretenden estos anti-islámicos no es bueno. Es peor el remedio que la enfermedad. Hay que buscar por tanto otros caminos.
Una posible vía que me ha llamado la atención y me llena de esperanza es el que ha marcado el presidente de Egipto Abdel Fatat al Sisi cuando en el discurso de año nuevo, en la Universidad Al Azhar, el centro teológico más grande, pide que los líderes religiosos deben salir de sí mismos y promover una revolución religiosa para erradicar la intolerancia y sustituirla por una visión más iluminada del mundo. No pueden llevar a la comunidad islámica a la ruina y presentar al mundo islámico de tal forma que sea visto en todas partes como una fuente de ansiedad, de muerte y destrucción.
Que San Raimundo de Peñafort interceda ante el cielo para que estas sabias palabras del presidente de Egipto sean tomadas en cuenta por todos los líderes musulmanes.