Manuel de Diego Martín

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18 de mayo de 2013

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Ayer en la Casa de Ejercicios, en una celebración presidida por el Sr. Obispo, hicieron su profesión religiosa, es decir la promesa de vivir los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, las jóvenes nicaragüenses, María Inés García Artola y Cornelia Lackood Emús en el Instituto Ecuménico María Madre de la Unidad. Hace dos años que llegaron estas jóvenes a España y después de hacer su noviciado, han celebrado el día de su consagración.

La noticia nos llena de gozo por muchas razones. En primer lugar ver que a pesar de la carestía vocacional que sufrimos, todavía hay jóvenes que están dispuestas a dar su vida, su sí total y definitivo a nuestro Señor Jesús.

Es también motivo de alegría que estas chicas hagan su profesión religiosa en un Instituto Religioso que tiene su cuna en Albacete. En el año 1978 de la mano del Obispo de entonces, nuestro querido D. Ireneo, que en paz descanse, nacía en el Santuario de Cortes, esta Congregación religiosa fundada por el padre dominico Manuel González Bueno.

En tercer lugar porque este Instituto tiene como carisma especial trabajar con toda su alma para hacer realidad el testamento que Jesús nos dejó su última noche y que estos días del tiempo pascual estamos leyendo en la Liturgia: Padre, que todos sean uno, para que así el mundo pueda creer y puedan vivir de la plenitud de tu amor.

Estas Hermanas tienen en Albacete dos comunidades, una en Cortes y otra en la Casa de Ejercicios. También tienen comunidades en Méjico. Su trabajo es orar por la unidad, tener encuentros con religiosas y fieles de otras confesiones como son los anglicanos y ortodoxos con el fin de conocernos mejor. También  trabajan en todas las actividades parroquiales que puedan llevar adelante. En nuestra diócesis cuidan del Santuario de Cortes y de la Casa de Ejercicios. Están dispuestas a trabajar en todo aquello que nos lleve a la unidad en Jesús.   

Felicitamos a las Hermanas profesas y deseamos que su presencia entre nosotros nos ayude a ser más fieles a lo esencial del evangelio que nos pide unidad y fraternidad.