Manuel de Diego Martín

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17 de diciembre de 2011

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El pueblo de Fuentealbilla  es conocido en toda la geografía española porque de entre sus moradores ha salido el gran futbolista internacional Andrés Iniesta. Me atrevo a asegurar, guardando las distancias, que pronto se hablará de este pueblo porque a él han llegado unas religiosas que en su forma de vida rompen todos nuestros esquemas consumistas.

Nuestro Obispo con ese afán evangelizador que le caracteriza, con el deseo de que nuestros pueblos no se queden sin sacerdotes y religiosas está haciendo todo lo posible para encontrar gente que venga a ayudarnos en la evangelización. Ya tenemos siete sacerdotes jóvenes suramericanos, y dos religiosos italianos que trabajan en nuestra Diócesis

El domingo pasado fueron presentadas en la Parroquia de Santiago el Mayor de Fuentealbilla dos religiosas de la Fraternidad Reparadora de Cristo Sacerdote, cuya casa madre la tienen en Oropesa (Toledo). Su carisma es pasar las mañanas en un ambiente de clausura, adoración al Santísimo, oración, estudio. Y las tardes para el trabajo pastoral en la parroquia: catequesis con los niños, jóvenes, familias, enfermos. Todo lo que en una parroquia se puede hacer para reavivar la fe de sus fieles.

A cambio de estos trabajos ¿qué piden como sueldo? Nada. Sólo piden que la parroquia les proporcione una casita con luz y agua. No necesitan más. Duermen en el suelo, no tienen frigorífico, ni televisión, ni Internet, ni móvil. Si no tienen dinero, ¿de qué comen? Lo que la gente les quiera dar cada día. Y si les sobra algo, se lo dan a los pobres. Llevan un sencillo hábito con su toca, así que necesitan poca peluquería o estar pendientes de los modelitos de temporada.

Estos días de Adviento, estamos viendo la figura de Juan Bautista, el que vivía pobre como las ratas en el desierto. Así quieren ser nuestras hermanas. El otro día veía a estas religiosas entre los niños del pueblo preparando un Belén viviente, y yo me decía para mí: ¡qué labor más hermosa pueden hacer estas hermanas en esta parroquia! ¡Qué gran regalo de Navidad le ha caído a este pueblo!