Manuel de Diego Martín

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24 de agosto de 2025

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El día 2 de agosto se celebró en Roma una gran Vigilia en el Jubileo de los Jóvenes, que puede quedar en la historia como uno de los acontecimientos más significativos de nuestro tiempo, por esa multitud de jóvenes, más de un millón, llegados de tantos países. También es digno de notar que en este encuentro se daba la bienvenida al nuevo Papa León XIV, que se estrenaba con los jóvenes y que, por lo que estamos viendo, podemos esperar tanto de él.

Dentro de la Vigilia, hubo una parte que consistió en que tres jóvenes le hicieron tres preguntas sobre temas que nos interpelan en el día de hoy para construir una sociedad más fraterna y justa. El Papa Benedicto XVI hizo el diagnóstico en su tiempo de los tres grandes males que hoy afectaban a nuestra sociedad: el materialismo, es decir, la negación de Dios; el individualismo, en que cada uno va a lo suyo; y el relativismo, en que cada uno se monta la vida como quiera. En estas preguntas se refleja el deseo de superar estos males.

La primera pregunta versaba sobre la posibilidad de poder vivir una auténtica amistad. La pregunta quería hacer ver que las amistades se rompen porque muchas veces no responden a los deseos del corazón o se pierden en falsos intereses. El Papa respondió que sólo las relaciones sinceras y con lazos estables hacen crecer historias de vida buena. Y recordó las palabras de S. Agustín: “Ama verdaderamente al amigo, quien ama a Dios en el amigo”. Aquí vemos cómo las buenas amistades tienen su mejor fundamento en el amor a Dios y se comprende cómo en el materialismo ateo se hacen más difíciles.

La segunda pregunta trataba del valor que hay que tener para tomar decisiones en la vida. ¿Cómo podemos ser valientes y vivir la aventura de la libertad para tomar decisiones cargadas de significado? El Papa les recordó lo que hace 25 años, en este mismo lugar, decía S. Juan Pablo II: que la decisión primera, es decir: “Tú eres mi vida, Señor”. El Papa hacía comprender que en el hecho de elegir no se trata sólo de elegir algo, sino de elegir a Alguien. Tenemos que saber elegir con la conciencia de que nosotros hemos sido elegidos. Dándonos a nosotros mismos tenemos la felicidad más plena, teniendo siempre presente el amor infinito con que Dios nos ama.

La tercera pregunta decía: ¿Cómo encontrar a Jesús en nuestros días? El Papa respondió que Jesús es nuestro Amigo de siempre, es nuestro buen Maestro, que está siempre a nuestro lado. El Papa Benedicto XVI decía que quien cree en Jesús nunca está solo. Y S. Agustín nos recuerda: “Nos has hecho, Señor, para ti e inquieto está nuestro corazón hasta que no descanse en ti”. Nos dice el Papa León XIV que le gustaría que hoy, todos los días, le dijéramos a Jesús: “Gracias por ser mi amigo, para que, abrazándome a ti, pueda abrazar a todos los que me encuentre en el camino”.