Manuel de Diego Martín

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3 de marzo de 2007

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En la reflexión del pasado domingo hablábamos de la situación enfermiza en la que se encuentra una sociedad cuando los políticos se alejan de los problemas reales de su pueblo. Así pues veíamos que no está bien que ellos se enreden en peleas electoralistas o tomen decisiones políticas que la ciudadanía no puede entender cuando van a su apaño “pasando” de lo que pasa en la calle.

Estos días hemos vivido dos hechos que como decían los clásicos “experientia texte” (lo que dice la experiencia) confirman un poco que las cosas van por este camino. Podemos aportar lo que ha pasado con el Foro de la Familia, y con la indulgencia penal con que tratan el famoso terrorista y declarado criminal, de Juana Chaos.

Gente del pueblo, liderada por el Foro de la Familia, consiguieron recoger mas de un millón y medio de firmas, muchas más que las que se necesitan para el caso, para pedir ante el Congreso una nueva reflexión sobre la ley de matrimonio que equipara las uniones homosexuales con el matrimonio de toda la vida. Se pedía también que se revisase si estas parejas pudieran adoptar niños, puesto que desde que el mundo es mundo, siempre se ha creído que el lugar propicio para el crecimiento de un ser humano es la unión amorosa de un hombre y una mujer.

Todo esto no ha servido de nada. En el Parlamento se ha dicho que no hay nada que hablar, ya está todo dicho. Como decía Pilatos, “ lo escrito, escrito está”, pues no vamos a volver a lo mismo. Si hay gente que no lo entiende, que lo discutan en la calle, pero en el Congreso no hay lugar. Ya está bien de recalcitrar ante las decisiones soberanas de sus señorías.

El segundo hecho es que de Juana Chaos se va a su casa. ¿Quién puede entender esta decisión? Desde el estado de derecho no se puede entender, desde el sentido común tampoco. Sólo lo entiende el Gobierno. Pero, ¿es que éste debe tener en cuenta lo que piense la gente, si sobre todo los que más piensan de esa manera son “la derechota” de siempre, para hacer lo que tiene que hacer? Ya está bien, el gobierno debe hacer lo que tiene que hacer, que para eso es el gobierno del pueblo.

Y una vez mas desgraciadamente se cumple entre nosotros aquello del despotismo ilustrado, de que todo para el pueblo, pero sin tener en cuenta ni lo que piense ni lo que diga el pueblo.