Manuel de Diego Martín
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21 de julio de 2007
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El tiempo de vacaciones me permite ejercer mejor el cargo de capellán de hospital. Tienes tiempo para hablar largo y reposado con los enfermos que se presten a ello.
Cuando veo casos difíciles, de un gran deterioro físico, yo que quisiera estar siempre vivo y fuerte me digo a mí mismo : ”¿a dónde llegamos?, ¡qué triste es la condición humana!”
También me doy cuenta del gran papel que tienen los acompañantes, sobre todo cuando la enfermedad se alarga, cuando entra la tristeza del no saber qué, cuando el dolor no cesa… El otro día veía a una señora que lleva ya meses de aquí allá, por un desgraciado accidente, que no sabe si se cura o se muere o se queda como un vegetal, y que decía a su hija, que antes de quedarse mal era mejor que el Señor se la llevase. Esta hija, una simpatiquísima joven, le decía mientras se la comía a besos, “Tu mamá siempre conmigo, aunque seas un bulto” ¡Que bonitas palabras!
Mientras reflexiono en mi interior para escribir sobre estas cosas veo en Internet que los jóvenes socialistas celebran su congreso en este domingo con muchas y atrevidas propuestas. Es propio de jóvenes pedir que lo imposible se haga posible. Entre otras cosas piden la mayoría de edad a los dieciséis años, el aborto libre y la eutanasia regulada.
Me parece bien que los jóvenes quieran ser mayores cuanto antes, aunque a veces los veas disparatadamente inmaduros. Pero no está mal que ya que se sienten a veces grandes para hacer fechorías, lo sean también para pagarlas, y que no sean los pobres padres los que tienen que pagar los cascos rotos de sus retoños, ya que son menores de edad. A ser consecuentes con sus actos.
No me parece tan bien que quieran impedir la llegada a este mundo de seres inocentes que después de haber sido engendrados, ahora son rechazados por indeseables. Tampoco me gusta que se busquen leyes que tengan como objetivo mandar al otro mundo seres que parece que nos estorban, aunque ellos así lo deseen. Me quedo con la joven que quiere tener consigo a su madre, aunque sea un bulto.