Carmen Escribano Martínez

|

21 de septiembre de 2025

|

5

Visitas: 5

Hace pocos días terminó la Feria de Albacete, acontecimiento que, de una manera u otra nos ha afectado y que cada uno de nosotros ha vivido según sus circunstancias. Ahora la actividad rutinaria y la vida cotidiana se van instalando nuevamente y comenzamos un nuevo curso. Pero yo creo que no nos podemos dejar llevar por la rutina ni vivir cada día de una manera gris, sino que es necesario tener un espíritu decidido y una actitud dispuesta a la alegría, al entusiasmo, al asombro, a la contemplación…

La Feria ha terminado, pero deberíamos mantener el espíritu de fiesta y de celebración para encarar el curso con la determinación y el empeño de festejar y alimentar los lazos de amistad con quienes nos rodean, reconociendo las atenciones que nos brindan y agradeciendo siempre su dedicación. El Papa Francisco hablaba de la importancia de la amistad social como forma de relacionarnos entre todos. Este curso nos brinda, día a día, la posibilidad de vivirlo así: tejiendo lazos de amistad social que favorezcan la convivencia y el bienestar.

Pienso que, para poder transmitir amistad y cariño, hace falta que seamos personas de paz. La paz es un bien preciado por el que merece la pena esforzarse y luchar. Las dificultades de la vida nos impiden, muchas veces, vivir cada acontecimiento con calma y serenidad, y esto es algo que debería ser parte de nuestra tarea diaria: buscar la paz con nosotros mismos y con los demás, siendo conscientes de nuestras debilidades y fortalezas, pero esforzándonos siempre por construir un entorno pacífico y alegre en el que podamos ser feria y fiesta para los que nos rodean.

Algunas recomendaciones sobre la paz, recogidas en la Desiderata inscrita en una tumba del siglo XVII en Baltimore dicen: “Ve plácidamente entre el ruido y la prisa. Recuerda que la paz puede estar en el silencio. Sin renunciar a ti mismo, esfuérzate por ser amigo de todos… Di tu verdad… Escucha a los otros, evita a los ruidosos y agresivos porque ellos denigran el espíritu… Vive en paz con Dios, no importa cómo lo imagines; sin olvidar tus trabajos y aspiraciones, mantente en paz con tu alma, pese a la ruidosa confusión de la vida. Sé cuidadoso. Lucha por ser feliz”.