Luis Enrique Martínez Galera

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6 de abril de 2013

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La pequeña localidad de Golosalvo guarda en su Iglesia parroquial una imagen singular de su titular San Jorge. La obra documentada, fue realizada por Francisco Salcillo en 1742 por encargo del cura párroco D. Sebastián Sotto Viala, y sufragada por los vecinos que acogieron la idea y contribuyeron con sus trabajos agrícolas, como nos describe el cura párroco en el correspondiente libro de fábrica de la misma.

Se dice que san Jorge, guerrero legendario, santo y mártir, nació en Capadocia (Asia Menor) y que murió en Lidia (Palestina) a finales del siglo III. Desde muy antiguo fue venerado en la iglesia griega y se populariza en Occidente en el s. XIII. Es patrón de varias ciudades europeas, entre ellas Venecia y patrón de Inglaterra desde 1222, y también de esta localidad y en Madrigueras.

Lo peculiar de esta imagen, es que se trata de una imagen ecuestre, en la que el santo vestido como soldado romano monta el caballo encabritado al tiempo que hunde su lanza en la boca del dragón. Aunque se trata de una obra para procesionar, la composición es lateral y su punto de visión se realiza desde la izquierda, de hecho hay constancia de un nicho para el santo en el que se colocaba lateralmente. Recrea la escena más conocida de la iconografía de este santo mártir, San Jorge y el dragón. La clave del tema está en el dragón. Para los primeros cristianos el dragón simboliza el mal, en particular el paganismo. La conversión de un país pagano al cristianismo por obra de un santo podría representarse en forma simbólica con la matanza de un dragón con la lanza. Este el caso de San Jorge cuya legendaria historia lo sitúa en Capadocia salvando a una doncella de las fauces del Dragón que tenia atemorizada a la población y al que para saciar su hambre le ofrecían animales, finalmente, doncellas. De esta manera san Jorge llegó a significar el paso de Capadocia a la fe, personificada por esta doncella.

En este sentido san Jorge es un santo evangelizador que por una parte convierte poblaciones a la fe, hasta el extremo de dar la vida, y por otra es un santo defensor de los peligros del mal. Es posible que en años de enfermedades y epidemias este pueblo sencillo encontrara en esta advocación legendaria la protección ante situaciones difíciles, sequias, epidemias y enfermedades, como otras poblaciones lo hicieran con san Sebastián o san Antonio Abad.

Cuando acabo de escribir estas líneas, el cardenal protodiácono anuncia al mundo el nombre del nuevo Papa, Jorge Mario Bergoglio. ¿Qué casualidad? ¿Se identificará este papa con su patrón en la necesaria evangelización y defensa de la fe? Por lo que ahora se dice de él, parece que sí .