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2 de mayo de 2015

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La Congregación de Religiosas Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa de Jesús, Protectoras de Obreras, fue fundada por Juana María Condesa Lluch, en Valencia, el 25 de marzo de 1884, que descubrió su vocación de servir a Dios en las mujeres que a diario se desplazaban desde las afueras y pueblos limítrofes, hacia las fábricas de seda, tabaco y abanicos del centro de Valencia.

Carisma, misión y obras apostólicas

Nuestro carisma, la evangelización del mundo obrero, impulsa la misión de la congregación en estos campos: En nuestras residencias, acogemos y acompañamos a mujeres, muchas de ellas inmigrantes, que trabajan o buscan un trabajo, y a jóvenes que estudian y se preparan para la inserción laboral. Los colegios son otra de las obras apostólicas propias de la congregación desde sus orígenes, colaborando con las familias en la educación de sus hijos.

También tenemos comunidades pequeñas que viven entre la gente obrera e inmigrante, facilitándoles una promoción socio-laboral, y en tierras de misión evangelizamos con nuestra vida y el anuncio de la Buena Noticia. Asimismo, participamos con las parroquias en catequesis, oración, liturgia, devoción mariana, formación bíblica, Cáritas, y pastoral de enfermos y ancianos.

Presencia en la Diócesis de Albacete

En Almansa, desde 1912. Fuimos requeridas por una almanseña para atender a las obreras de las muchas fábricas de calzado existentes, y abrimos una escuela nocturna para su formación, y un colegio para niñas y párvulos.

En 1974, viendo la afluencia de chicas que venían desde los pueblos cercanos, abrimos una residencia para acogerlas e instruirlas, y en 1993, una Casa de Espiritualidad, como espacio de encuentro con Dios para cuantas personas o grupos van, para orar, formarse, convivir y compartir la fe.