Francisco San José Palomar
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20 de mayo de 2023
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En las últimas palabras que Jesús dirige a sus discípulos antes de su Ascensión al cielo se destacan “tres” realidades trascendentales.
La primera de ellas, es la vocación misionera de la Iglesia: “Id y haced discípulos”.
Les invita a ponerse en camino. “Id “, hay que andar, llegar hasta los hombres y mujeres en sus situaciones. Hay que compartir las realidades que sufren, que gozan, que les enervan, que les estimulan… La vocación misionera se ejerce en la proximidad tanto física como psicológica y espiritual.
La segunda realidad trascendente es el bautismo en nombre de la santísima Trinidad.
Por el bautismo quedamos constituidos efectivamente como “hijos verdaderos de Dios” y al propio tiempo incorporados a la “Iglesia” como “hermanos verdaderos” de muchísimos hermanos.
El bautismo constituye, por tanto, una gran realidad cristiana de enorme trascendencia. No es un ritual efímero, pasajero sin consecuencias existenciales. Todo lo contrario, “nuestra gran dignidad personal” radica en el bautismo y las exigencias de compromiso en la Iglesia y en el mundo derivan del hecho de nuestra incorporación a Cristo Resucitado.
Y la tercera realidad es la promesa de poder contar “hasta el final de los tiempos” con la presencia del propio Jesús.
Esta presencia prometida de Jesús la realiza por medio del Espíritu Santo como ya Jesús, en su ternura, había dicho a sus discípulos: “Cuando venga el Espíritu Santo os guiará hasta la verdad plena” (Jn 16, 13).
Los cristianos de hoy podemos disfrutar y actuar al mismo tiempo con grandísimo consuelo en medio del mundo actual sabiendo lo que tenemos que hacer. Ser testigos de Jesús Resucitado, con la presencia y ayuda del Espíritu Santo bajo la mirada amorosa del Padre Dios.
Es cierto que nada nos resulta fácil por la torpeza de nuestra propia naturaleza, por el clima decadente de nuestra sociedad, por unos poderes públicos egoistizados… pero ¡Ánimo! Jesús esta con nosotros hasta el fin de los tiempos, su Madre María Santísima, a quien veneramos en este mes de mayo vela y cuida de nosotros y el estímulo y ayuda del Espíritu Santo estará con nosotros, ¡Siempre!
Francisco San José Palomar
Sacerdote diocesano