Manuel de Diego Martín
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24 de febrero de 2007
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Ante el panorama desolador del abstencionismo de los últimos referendums, primero el de Cataluña, ahora, aún mayor, el de Andalucía, se hace evidente la constatación de ver cuán lejos están los políticos y sus preocupaciones reformistas, de los problemas reales de la ciudadanía.
Así pues hay que decir que políticos y ciudadanos siguen líneas paralelas, es decir esas que no se encuentran nunca, cuando por el contrario, la política, por esencia y vocación, debe ser una línea que está llamada a cortar, a incidir en la realidad social para transformarla cada día en algo mejor.
Somos conscientes de la inmensidad de problemas sociales con los que deben encararse los políticos y quemar en ello sus mejores energías. A modo de ejemplo propongo algunos. Acaba de hacerse público el Informe del Instituto de Política Familiar (IPF) con el título de “Evolución de la familia en España 2006” Aquí si vemos una enorme cantera, de la que salen pedruscos que pueden complicar mucho nuestro futuro. Haciendo un esfuerzo de síntesis puedo resumir algunos temas preocupantes:
El crecimiento de la población, si no fuera por la inmigración, sería entre nosotros cero. Esto tiene como consecuencia un tremendo envejecimiento de la población que hace que la pirámide poblacional esté invertida, es decir cada día la base en la que se apoya sea más frágil, y por tanto sea mucho más grande el peso de las clases pasivas. La natalidad es menos de un hijo por mujer.
Está también preocupante el tremendo crecimiento de los abortos cada día, a la vez que las rupturas matrimoniales van aumentando de tal forma que el año 2012 serán tantas las rupturas como las nuevas celebraciones. Crece también el nacimiento de niños fuera de las uniones matrimoniales con todo lo que este tema lleva consigo, pues queramos o no queramos reconocerlo, desde que el mundo el mundo, el lugar más propicio para el desarrollo de un niño que nace es el ambiente amoroso del padre y de la madre.
Para terminar, el Informe pide reformas en la Administración, pide la creación de un Ministerio de la Familia, así como leyes y planes que conlleven ayudas a la familia que de verdad sean eficaces. Nos dice que en esto vamos de farolillo rojo en Europa. Por tanto ya vemos que panorama se nos presenta y cómo nuestros políticos deben afrontarlo con lucidez. Así pues pedimos que se dejen de crispaciones y peleas estériles, y se dediquen a echar en los surcos de la vida social semillas de futuro. Que el cielo nos oiga.