+ Mons. D. Ciriaco Benavente Mateos
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15 de noviembre de 2014
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]Q[/fusion_dropcap]ueridos diocesanos:
Hoy celebraremos, una vez más, el Día de la Iglesia Diocesana: una jornada para profundizar en el conocimiento, la pertenencia, el amor y la colaboración activa con la misma. “Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios”, dice el lema de esta jornada.
Necesitamos conocer más y mejor a nuestra Iglesia, porque, incluso entre los bautizados, hay quienes sólo conocen a su Iglesia de oídas y, con frecuencia, sólo desde los prejuicios sembrados por quienes ni la conocen ni la aman. Conocedla en directo. No dejemos que la maledicencia o los prejuicios nos quiten el amor y la gratitud a esta Iglesia, que está compuesta de pecadores, porque nos acoge a quienes necesitamos ser sanados por la misericordia entrañable de nuestro Dios; pero es también casa de santidad, porque cuenta con la presencia de Jesús y de su Espíritu, con la Palabra de Dios y los Sacramentos, con la Santísima Virgen y con el testimonio luminoso de innumerables santos.
Uno de los más grandes teólogos del siglo XX, hablando del hombre cristiano y de su pertenencia a la Iglesia, decía: “La Iglesia ha arrebatado su corazón. Ella es su patria espiritual. Ella es «su madre y sus hermanos». Nada de cuanto la afecta le deja indiferente o desinteresado. Echa raíces en su suelo… Tiene conciencia de que por medio ella, y sólo por medio de ella, participa de la estabilidad de Dios. Aprende de ella a vivir y a morir… (H. de Lubac, Meditación sobre la Iglesia)
Nosalegra ver que, gracias a vuestra generosidad, son tantas las familias que, en estos años de crisis económica profunda, están siendo atendidas por nuestra Iglesia. Y sólo Dios sabe cuántas personas han encontrado y siguen encontrando sentido y esperanza a su vida gracias a la Iglesia. Por eso es indispensable vuestra participación personal. La Iglesia necesita vuestra ayuda y vuestro compromiso económico.
En nombre del Señor y de nuestra Iglesia de Albacete agradezco la generosidad de los miles de voluntarios que ofrecéis gratuitamente vuestra persona y vuestro tiempo en los diversos campos de la acción pastoral. Esta gratitud se hace extensiva a quienes contribuís al mantenimiento de nuestra Iglesia con vuestros donativos en colectas y cuotas parroquiales o asignando el 0,7% de vuestra contribución en la declaración del renta a favor de la Iglesia católica.
Con mi gratitud, afecto y bendición.