Manuel de Diego Martín
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28 de febrero de 2009
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Llevamos un tiempo, que en Albacete, según los medios, se están dando muchos casos de delincuencia. Hay quienes se dedican a embadurnar las cerraduras de silicona; otros quitan las carteras apenas uno ha sacado el dinero del cajero; otros asaltan gasolineras o intentan robar en las farmacias. El otro día atracaron con arma blanca una óptica llevándose unos cuantos miles de euros. Y así un etcétera muy grande…
¡Señor, cuánta impotencia en la ciudadanía para defenderse de esta mala plaga! Al final uno dice, bueno que te bloqueen la cerradura, que te quiten unos euros, no por eso se va a amargar uno la vida, se sufre un poco y a buscar los medios para defenderse. Esperemos que los cuerpos de seguridad encuentren los medios para ello y al final todo tiene arreglo.
Pero hay cosas que ya no tienen arreglo. Las niñas Sandra Palau, Mari Luz, Marta, cruelmente asesinadas, ya no volverán. Para sus desconsolados padres esto ya no tiene arreglo. Por eso es lógico que pidan, que supliquen, que insistan para que estos canallas paguen lo que puedan pagar, paguen, al menos, con una vida entre rejas por todo el mal que han hecho. Piden por favor, que el sufrimiento que ellos están soportando, no lo tengan que sufrir otros. Pues estos tipos, que han matado a una, son capaces de matar a ciento, si les dan chicas y tiempo. Nuestro Presidente ha dicho a los padres que eso de la cadena perpetua es muy fuerte. Llevaría consigo un cambio en la Constitución. Además nosotros desde nuestra filosofía idealista y buenista, pensamos que las cárceles españolas son lugares de inserción. Queremos que todos los ciudadanos sean hombres libres.
Pero la cruda realidad es que nadie de estos tipos se inserta, más bien la experiencia dice todo lo contrario. Entonces si estos desolados padres piden la pena perpetua, si hay un clamor popular que llega a más del 80% de la ciudadanía quienes también lo piden, ¿por qué negarse en rotundo a este proyecto, por el hecho de que esto exige cambiar la constitución? ¿No están cambiando la constitución para conceder cosas que casi nadie pide, salvo ciertas minorías, eso sí muy activas y ruidosas? Creo que estos padres y todos los que piden para estos casos la cadena perpetúa deben ser oídos aunque haya que cambiar la constitución.
Creo que es posible una cadena perpetua, que luego con el tiempo es revisable. Cuando el asesino ha tenido una verdadera conversión, ha reconocido su crimen, desea vivir una vida nueva, con ciertas precauciones, podrá conseguir poco a poco su libertad. Pero que por principio, por decreto ley, porque el criminal ha cumplido los años, sin dejar de ser criminal, pueda salir a la calle es un enorme disparate. Así nos lo confirma la experiencia.