Manuel de Diego Martín
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11 de agosto de 2007
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Un día preguntó Pilatos a Jesús, ¿Qué es la verdad? No hubo respuesta. Jesús había dicho de si mismo que Él era la verdad. Y por ser testigo de la verdad tuvo que morir en la cruz, y mientras se desangraba, todavía había muchos insensatos que lo insultaban tachándolo de mentiroso y embaucador.
Hace poco leía un reportaje donde se hacía ver el gran compromiso que la Iglesia española tiene con muchísimos pueblos del tercer mundo a través de sus misioneros y ONG´s. Yo tuve la suerte de pasar los mejores diez años de mi vida con los más pobres del mundo en África. Me siento pues muy orgulloso de pertenecer a esta Iglesia que tanto bien está haciendo por los más pobres del mundo.
Te encuentras tan contento con estas cosas, y ¡zass! Viene una encuesta a amargarte un poco la vida. Según unos estudios, vaya Vd. a saber quién los hace, y desde qué presupuestos o intenciones se confeccionan, la institución menos valorada por las gentes, por su inutilidad y porque es la que menos aporta a la sociedad es la Iglesia católica.
Otra paradoja .Según informes de gente que analiza las cosas, parece ser que la LOGSE, desde su implantación, está haciendo que las cosas no vayan mejor en la formación de nuestros jóvenes. El fracaso escolar es tremendo. Dicen que los jóvenes llegan a la universidad con carencias tremendas… Mira por donde, el otro día leo cómo el alcalde de mi pueblo dirigiéndose a unos muchachos, hacía esta gran afirmación de que contaba con ellos, porque eran los jóvenes mejor preparados de toda la historia. Hay que agradecer al Sr. Alcalde ese optimismo y deseos de alentar a la juventud, pero ¿no estará faltando un poco la a verdad de las cosas? Bueno todo depende del cristal con que se miren.
Ante estos contrastes, con qué nos quedamos, ¿dónde está la verdad? Dice el refrán que obras son amores y no buenas razones. Sabremos que hay verdad, allá donde hay obras que la contrasten y la confirmen. Así pues después de lo dicho, quiero hablar un poco de la Iglesia y de los jóvenes.
En Hellín están los Hermanos de la Cruz Blanca. Es una institución que cuida unos setenta minusválidos físicos y mentales Paso muchos ratos en esta casa, y me alegro de ver la suerte que tienen estos chicos de encontrarse en un ambiente de tanto cariño, amor y respeto. Esta casa es una hermosura y mira por dónde es una obra de Iglesia.
A esta casa han llegado estos días un grupo de veinte jóvenes venidos de Badajoz para tener aquí un campo de trabajo. ¿Qué hermosura ver a estos chicos y chicas tratar a los enfermos, levantarlos, ayudarles en la ducha, darles de comer, cantar, bailar, hacer fiestas para sacar a los internos de la monotonía de cada día. Estos chicos por la mañana se atan unos lazos a la muñeca, son los compromisos que se han tomado y por la tarde darán cuenta de ello. Estos jóvenes además rezan, asisten a la Eucaristía, y están dispuestos a dar lo mejor que tienen para que nuestra sociedad tenga futuro.
Así pues podemos decir que en esta Casa de Cruz Blanca hay verdad, y que estos jóvenes buscan la verdad de una vida noble y buena. Podemos concluir al final, que por encima de unas y otras opiniones, de unas encuestas u otras, lo que queda es que obras son amores, y en el amor está la verdad.