José Joaquín Tárraga Torres

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18 de febrero de 2023

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La vida es una aventura. Es un tiovivo cambiante. Hoy te llevas fenomenal con alguien y por cir­cunstancias te distancias. El co­razón tiene estas cosas. El vivir te trae discusiones, enfrentamien­tos, malos entendidos, … Jesús sabía de la vida. Era un experto en las cosas del vivir. 

Jesús quiere que demos un paso más y avanzar. En las cosas de la vida, no vale con lo de siem­pre, con no hacer cosas malas o con la justicia sin más. Jesús vuel­ve al corazón. La mirada está en la misericordia y la ternura. Son dos ingredientes que no deben faltar en la vida de aquel que quiere des­cubrir a Dios. 

La propuesta de Jesús rompe la presentación de un Dios juez y justo. Dios es más. Es Amor. El amor supera la justicia. La pro­puesta de Jesús es la de amar in­cluso a los enemigos. 

¡Pero cuánto cuesta amar al que no nos ama! Necesitamos tiempo. Las cosas no se consiguen de la noche a la mañana. Pero lo importante es tener clara la pro­puesta, la meta, el objetivo: llegar a amar a nuestros enemigos. 

El sentido común nos hará es­tar en guardia, alerta e, incluso, a distancia. Atrincherados en la sospecha o la crítica. Pero Jesús propone la oración, la petición, el perdón, la misericordia, la cari­dad. Tender puentes. 

El acercamiento se consigue con tiempo, paciencia, calma. Necesitamos tiempo para curar heridas, superar venganzas, cica­trizar conflictos, sanar enfrenta­mientos. La oración siempre ayu­da. Recordar las palabras de Jesús, “amad a vuestros enemigos”, siempre interrogan. 

El odio, la venganza, los malos pensamientos nos llevan a ence­rrarnos, a la soledad, al egoísmo. El amor conlleva libertad y ale­gría. Y para conseguirlo necesi­tamos tener la idea clara, conocer la meta y querer conseguirla. La meta es el amor. 

Jesús siempre mira a Dios Pa­dre. Él es nuestro ejemplo, mode­lo y guía. Nuestra tarea como hi­jos de Dios es parecernos al Padre. Y, para eso, necesitamos tiempo. Estar en camino.