+ Mons. D. Ángel Fernández Collado

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1 de abril de 2023

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]M[/fusion_dropcap]uy queridos diocesanos:

El Señor nos ofrece durante esta Semana Mayor o Semana Santa, tiempo especialmente lleno de gracia y propicio para nuestra salvación, la ocasión de renovar, y fortalecer nuestra fe. En efecto: el Domingo de Ramos Dios nos invita a acoger a Cristo como el rey de Israel, el salvador, el que reinará desde la Cruz. En contraposición a muchos de los que lo aclamaron a su ingreso en Jerusalén, pero después le dieron la espalda, estamos llamados a permanecer siempre fieles a quien dio su vida por nuestra salvación.

Un tema que debe estar en nuestras mentes y corazones en esta Semana Santa es la fidelidad, la fortaleza en la fe. Como nos dice el autor de la Carta a los Hebreos: «… tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado» (Hb 4, 14- 15). En el marco de este Curso Pastoral, os invito a sentir el gozo de creer en Jesucristo, el Nazareno inmolado por nuestra salvación, que resucitó gloriosamente para darnos una nueva vida, la vida misma de Dios, y para abrirnos las puertas del cielo.

Permitirme, pues, insistir en la necesidad de renovar nuestra fe, y de fortalecerla, en estos momentos difíciles que nos toca vivir en el mundo entero. Hay muchas amenazas a nuestra fe y a la religión católica: las corrientes del secularismo del mundo occidental que quieren sacar a Dios de la vida pública y social; los embates de la superstición, los ataques de la nueva era con el inexistente y falso, que es una vacía idolatría que debemos rechazar frontalmente. También la expansión lamentable de la santería, que es una religión pagana, incompatible con la fe en Cristo. Amenazan también nuestra fe los escándalos de algunos ministros de la Iglesia, el espíritu antirreligioso de quienes, animados por la corriente atea marxista y por animosidad contra la Iglesia, atacan nuestra religión de varias formas. Pues bien, ante esas y otras tentaciones y amenazas, y ante la fragilidad de una vida incoherente con las exigencias de nuestra religión católica, nosotros debemos permanecer firmes en la fe, y vivir de acuerdo a nuestra excelsa condición de hijos de Dios, discípulos de Jesucristo, y miembros de la Santa Iglesia Católica. Así, como María, seremos realmente felices por creer en Dios.

Cristo es el Señor, es decir, es Dios. El resucitó y está con nosotros. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es la razón y el centro de nuestra hermosísima fe cristiana. Él nos da razones para vivir y esperar. Que en esta Semana Santa podamos, con la ayuda del Espíritu Santo, aumentar y fortalecer nuestra fe en Jesucristo, y valorar intensamente nuestra santa religión católica, como un don maravilloso de Dios Nuestro Señor.

 Durante estos días de Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, que vamos a vivir en nuestras celebraciones litúrgicas y en las calles con las procesiones, es el momento de hacer realidad lo que nos dice el lema pastoral de este curso 2022-2023: “Testigos de Jesucristo y su Evangelio”. Impregnemos, toda nuestra vida y la de los demás, del Evangelio de Cristo.

Que la celebración de la Resurrección de Jesús, el Divino Salvador, nos anime, nos llene de alegría, y nos fortalezca en la lucha contra el pecado. Y nos lleve a vivir como auténticos cristianos, con una conducta santa y virtuosa, digna de quienes creemos en Jesús Resucitado. Y que María Santísima, que con alegría contempló y abrazó a su Hijo resucitado al alba del Domingo de Pascua, interceda por nosotros para que tengamos una fe viva, firme y que se proyecte en nuestras vidas.

Os deseo de corazón una gozosa y santa Semana Santa. Que Dios os bendiga.

Ángel Fernández Collado

Obispo de Albacete