Julián Ros Córcoles

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14 de marzo de 2020

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Durante mucho tiempo, antes de que se popularizara el uso de los ordenadores, los trabajos escolares debíamos presentarlos escritos a mano. Cuando se escribía en folios en blanco, era habitual el uso de la falsilla, una hoja de papel con líneas muy señaladas, que se ponía debajo del papel en que se iba a escribir para que sirviera de guía. En mi opinión, hay textos del Evangelio que son como una falsilla de la vida cristiana de todos los tiempos. 

El del encuentro de Jesús con la Samaritana es uno de ellos, que la Iglesia nos propone como prototipo, en el tiempo de Cuaresma. De forma esquemática, me permito enumerar ocho de esas líneas que sirven de guía para la vida del discípulo de Cristo.