Manuel de Diego Martín
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17 de abril de 2010
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Este domingo La Roda es noticia porque sobre su espacio aéreo se está celebrando una gran demostración de vuelos, que los pilotos de la Base Aérea de los Llanos van a realizar en memoria de sus compañeros caídos.
Ayer la Roda también fue noticia. Una noticia grande, única, entrañable. Alrededor de dos mil niños y adolescentes, llegados de todos los rincones de la Diócesis de Albacete tomaron sus calles, plazas, polideportivo, parroquia…Se trataba de un encuentro del MIM, es decir un encuentro de los niños misioneros.
Enhorabuena a la Delegación de Misiones por organizar tales eventos, es decir, organizar encuentros que tanto ayudan a los niños a crecer en valores humanos y cristianos. A través de la fiesta, de juegos, de diferentes dinámicas, con un grupo musical de lujo, el conocido “Getsemaní”, y la celebración de la Eucaristía, el objetivo último del encuentro era ayudar a los niños a crecer en el espíritu de Jesús.
Muchas veces decimos y repetimos que nuestra sociedad está enferma de valores. Los padres se sienten, a veces, desvalidos, impotentes para transmitir a sus hijos esos principios cristianos que guíen su vida. El ambiente parece que puede más que ellos. Y así vemos a los chicos enganchados a las conocidas tres pantallas, sea la tele, Internet o móvil para vivir realidades virtuales, que no tienen que ver nada con la realidad de este mundo, más exigente y duro de lo que ellos puedan imaginarse. Esto les hace crecer en el ensimismamiento, en la indisciplina, en el egoísmo y la insolidaridad.
Educar a los niños en el espíritu misionero es decirles que además de ellos hay otros muchos niños en el ancho mundo, que no tienen lo que ellos tienen. No tienen pan, ni escuela, ni medicinas ni casi nada de nada. Se les invita primero a conocer esas realidades, después a ser solidarios y aprender a compartir. Esto es lo que nos enseñó Jesús y el niño misionero según su decálogo, debe ser ante todo amigo de Jesús y amigo de todos los niños del mundo.
Si cuando nosotros éramos chicos, los niños de la posguerra, cuando la educación era mucho más fácil, los testimonios de los misioneros nos hacían tanto bien, en aquellas ocasiones en que nos hablaban de los niños de África y de otros mundo pobres, cuánto bien no habrá hecho este encuentro a los niños que se acercaron al encuentro de La Roda. Enhorabuena a los organizadores, y que sigan en este nombre empeño de educar a nuestros niños en el espíritu misionero.