Antonio Carrascosa Mendieta
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15 de febrero de 2014
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“El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Por ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre” (PABLO VI, Populorum progressio 14, [1967])
Decíamos que sólo puede aceptarse como bueno un desarrollo que llegue a todos los hombres. Esta sería la primera condición. Pero no basta con ella, sino que la Doctrina Social de la Iglesia exige una segunda: que llegue a “todo el hombre”, esto es, que le haga avanzar en todas sus dimensiones, que desarrolle todo lo que le hace humano.
Hay un dicho anónimo que resume este principio: “conocí una vez una persona tan pobre que sólo tenía dinero”. Desgraciadamente, muchos han convertido los bienes materiales en el único objetivo de su vida y en consecuencia, conciben el desarrollo como una simple acumulación de posibilidades de consumo. Quizás porque a los más poderosos de la tierra, los que controlan los bienes económicos, les va bien así, necesitan consumidores, no personas. Nada más lejos del ser humano que nos presenta la Biblia, llamado a salir del barro para llegar a Dios.
Desarrollo significa cultura, educación, valores humanos. ¿De verdad podemos calificar de “desarrollada” una sociedad donde todos tenemos la sensación de haber retrocedido en estas dimensiones? Desarrollo significa profundidad humana, espiritualidad, amistad con Dios. Quizás en recuperar estas dimensiones olvidadas por la sociedad consumista esté la clave para superar buena parte de la crisis. Como dijo Benedicto XVI: “preocupa justamente la complejidad y gravedad de la situación económica actual, pero hemos de asumir con realismo, confianza y esperanza las nuevas responsabilidades que nos reclama la situación de un mundo que necesita una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor” (Caritas in Veritate, 21, [2009]). O dicho al revés: la pobreza de buscar solo el dinero es la que está detrás del empobrecimiento de millones de seres humanos.