+ Mons. D. Ángel Fernández Collado

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17 de octubre de 2020

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Evangelizar es una tarea permanente y esencial a la naturaleza de la Iglesia. Así se nos recuerda cuando se acerca la celebración anual de la Jornada del Domund. Con el fin de mantener vivo y operante el espíritu misionero en la Iglesia, como elemento esencial de su misión, en 1926, el papa Pío XI estableció que el penúltimo domingo de octubre se celebrara en toda la Iglesia Católica el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND). Esta Jornada es una llamada de atención sobre la común responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización del mundo y, a la vez, una forma de apoyar con la oración y económicamente a los misioneros en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres. 

Los misioneros dan a conocer a todos el mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio se va dando a conocer y la Iglesia aún no está establemente asentada, los llamados territorios de misión. La actividad pastoral, asistencial y misionera de los territorios de misión depende en gran manera de los donativos y ayudas que se reciben con motivo de esta Jornada Misionera. Sed generosos.

Las necesidades en la misión son muchas. Mediante el Domund, la Iglesia trata de cubrir numerosas carencias materiales y de ayudar a los más desfavorecidos a través de los misioneros, con proyectos pastorales, sociales y educativos. Así, se construyen iglesias y capillas; se compran vehículos para la pastoral; se forman catequistas; se sostienen diócesis y comunidades religiosas; se edifican y mantienen hospitales, residencias de ancianos, orfanatos y comedores para personas necesitadas en todo el mundo.

En los territorios de misión la Iglesia sostiene casi 27.000 instituciones sociales, que representan el 24% de las de la Iglesia universal, y más de 119.000 instituciones educativas, que representa el 54,86 % del total de centros educativos que atiende la Iglesia en todo el mundo. Todos estos proyectos son financiados con los donativos recogidos en esta Jornada del Domund. Sed generosos en el dar. Las misiones siguen necesitando ayuda económica, y por eso es tan necesaria la colaboración de todos, según nuestras posibilidades. La pandemia que estamos sufriendo nos está empobreciendo mucho más a todos y, especialmente, a los más pobres. Que nuestro amor hecho caridad llegue a los misioneros y misioneras y a los hermanos más pobres y necesitados.