Carmen Escribano Martínez
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29 de junio de 2025
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Este año, el verano ha llegado de forma prematura, con elevadas temperaturas y con algunos fenómenos meteorológicos adversos que no paran de recordarnos el maltrato que hemos infligido a la naturaleza. Pero el verano es mucho más que esto: supondrá el descanso de actividades escolares; el disfrute de algunos días de vacaciones para desconectar del trabajo y las actividades diarias; para muchos, la vuelta al pueblo con todo lo que ello conlleva… el reencuentro con amigos y parte de la familia… Cada uno de nosotros tiene guardados en su mente y en su corazón muchos recuerdos y vivencias ligados al verano, a esas noches en las que el tiempo parece transcurrir más lento, más perezosamente. Pero, sobre todo, el verano es esa luz que nos baña y nos envuelve durante muchas horas al día, y que parece transformar cualquier acontecimiento de nuestra vida, por pequeño que sea, en algo más brillante y alegre.
Mi reflexión de hoy va en esa dirección. Hay una canción que me viene una y otra vez a la cabeza, a modo de mantra, que destaca la importancia de la luz: se titula Gente luminosa, es de El Arrebato, y les invito a profundizar conmigo en la importancia de ser luminoso, de ser luz.
«Me quedo con quien me cuida, con quien me valora, con quien ríe conmigo, con quien escucha atentamente mi desahogo, con quien procura mi bien, con quien se queda a pesar de todo. Me quedo con quien me ayudó a buscar una salida, con la que te regala tiempo y si un día no lo tiene lo fabrica para ti, con quien saca lo bueno de mi y enciende bombillas en mi camino, la que pone alegría y siempre ilumina el mundo. Qué guapa es la gente luminosa, la que sonríe a todas horas».
En esta canción está dicho todo: valorar y cuidar al otro, acompañar en los momentos felices y llorar en los tristes, escuchar sin juzgar y procurando el bien del otro, dedicando nuestro tiempo para hacer sentir a la otra persona que es muy valiosa.
En la fórmula de bendición del libro de los Números, que siempre escuchamos el primer día del año, se dice «Ilumine Yahveh su rostro sobre ti». Ojalá seamos capaces de transparentar esa luz que nos hace luminosos y gente guapa, como dice el estribillo de la canción. Hoy doy las gracias por todas las personas luminosas que me rodean.