Manuel de Diego Martín
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13 de julio de 2013
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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]A[/fusion_dropcap] los pocos días de celebrarse en Roma la Jornada Mundial por la Vida, en que el Papa nos habló de nuevo con la sencillez que le caracteriza, pero también con la pasión de un hombre de Dios, del respeto que merece toda vida humana, desde sus inicios hasta su final, me llega la noticia por unos amigos del hecho escabroso de que en un pequeño pueblo de Albacete acaban de consumar un aborto.
Aunque del nombre del pueblo es mejor no acordarse, sí que es necesario hacer una pequeña reflexión sobre el tema. Tal vez algunos de los que se hayan enterado de esta noticia, dirán que es lo mejor que se podía hacer en este caso, otros muchos decimos que hay otras salidas posibles. Seguro que el Papa Francisco, al que tanto queremos y admiramos, diría no, esto no debe hacerse.
En ese pueblo, vive una chica de doce años pero con un cuerpo totalmente de mujer, a la que unos desaprensivos con engaños la han violado. No lo sé si aún estarán en la cárcel pero en ella entraron tres como causantes del estropicio. La chica salió embarazada. La solución de los que la rodeaban es llevarla a Albacete y de Albacete a Madrid a una clínica abortiva. El disparate se consumó y hasta los juzgados de nuestra ciudad han viajado los restos para ulteriores análisis y juicios.
Una Asociación “Pro vida” de la ciudad se enteró del hecho cuando aún se podía parar el disparate. No encontraron apoyo, más bien el rechazo, incluso las amenazas por meterse en lo que no debían. Conclusión no pudieron hacer nada, por salvar la nueva vida, ni tampoco por sacar a la chica de este infierno y buscar otras soluciones más humanas, menos traumatizantes y sobre todo más cristianas.
Estos hechos nos están recordando qué enfermo está nuestro país donde hay gente tan mala que se aprovecha de menores para satisfacer sus instintos más animalescos, y también otra gente que no es buena, puesto que recurre a lo peor creyendo así arreglar un problema, creando otro peor como es el destruir una vida humana.