Francisco San José Palomar

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15 de mayo de 2021

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San Marcos finaliza su evangelio, con una “conjunción hermosa” del acontecimiento último de la vida de Jesús y la tarea de los apóstoles.“Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes,
y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.           (Mc 16, 19-20) 

La existencia de Jesúsnos aparece totalmente humana tanto en su infancia, como en su vida pública y también en su Muerte que culmina en la Resurrección. 

El final glorioso es la Ascensión del Señor, festividad que hoy celebramos. Y los sentimientos de júbilo brotan espontáneamente en nuestro corazón: Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas

San Marcos añade inmediatamente: “Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes”. Iglesia “misionera” desde el comienzo, Iglesia “en salida” decimos hoy. 

Fue el mandato que les dio Jesús:“Id al mundo entero y predicad el Evangelio”.Evangelizar es “ofrecer” el anuncio de Cristo como Salvador de los hombres.La persona de Jesús en sus “hechos y en sus palabras” es conmovedoramente hermosa y “salvífica”. Evangelizar es un doble acto de amor a Jesús y a los hombres.

La alegría de evangelizares una característica que resaltan tanto san Pablo VI como el papa Francisco. 

El primero nos dice: “Como núcleo y centro de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre todo liberación del pecado y del maligno, dentro de la alegría de conocer a Diosy de ser conocido por Él, de verlo, de entregarse a Él”. (EN 9).

El papa Francisco escribe: La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadoramarcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”. (EG 1)

Ser discípulo de Jesús exige ser misionero.Vivamos con alegría nuestra realidad de seguidores de Jesús y testigos alegres de su Resurrección y Ascensión gloriosa. Por el bautismo quedamos incorporados a Jesucristo Resucitado para contagiar la alegría de la Buena Noticia.