Manuel de Diego Martín
|
22 de octubre de 2011
|
123
Visitas: 123
Hoy celebramos la Jornada Mundial de las Misiones. Este domingo misionero, el penúltimo del mes de octubre, lo instituyó el Papa Pío XI en el año 1926. Y desde el 1943 se conoce en España como la fiesta del “Domund” A los mayores este día nos trae entrañables recuerdos. Tenemos que hacer que para los niños el Domund sea también una fiesta misionera, que no se quede para ellos en un día más para ayudar a los pobres.
En Roma hay un Dicasterio que anima y coordina todas las Obras misionales pontificias. Su objetivo es reavivar en todos los cristianos el espíritu misionero para ser fieles al mandato de Jesús que nos dijo que fuésemos por todo el mundo para hacer discípulos suyos. Se trata pues de evangelizar a todas las gentes.
Hace unos meses el Papa ha instituido un nuevo Dicasterio para la “nueva evangelización” ¿Es que el primero no vale ya? El Papa en el mensaje para el día de hoy, con el lema “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo” nos lo explica muy bien. Claro que sirve, no podemos quedarnos insensibles ante el hecho de que después de dos mil años de evangelización queden tantas gentes que no han oído hablar de Jesús. Tenemos pues la urgente obligación de seguir llevando el evangelio a todos esos lejanos pueblos.
Pero también es necesario ver la otra realidad que nos rodea. Tantas gentes en el mundo occidental que sí oyeron hablar de Jesús, pero que no se enteraron. Por un oído les entró y por otro les salió aquella buena noticia y en sus corazones no prendió la fe en Jesús. O peor aún, la fe que prendió, se fue quedando sin raíces y al final quedó seca totalmente. A estos también hay que evangelizar, a ellos también nos sentimos enviados.
Así pues el Papa nos enfrenta ante dos responsabilidades: Por un lado mirar hacia delante, mirar hacia esos pueblos lejanos que nunca fueron evangelizados; por otro lado mirar a nuestro alrededor para ayudar a encontrarse con Jesús a todos que un día dejaron de creer o no creyeron nunca. En una palabra se trata de evangelizar allá y aquí, aquí y allá. Como dice el Papa en su mensaje: “La misión universal implica a todos, a todo y siempre” A esta misma tarea nos invita el nuevo Plan de Pastoral Diocesano con su lema de “Nos renovamos para evangelizar”.