+ Mons. D. Ángel Fernández Collado

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5 de enero de 2021

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Hoy celebramos Solemnidad de la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación y presencia acogedora de Dios a todos los hombres de cualquier pueblo, raza o nación. 

Los Magos representan a todos los hombres que buscan la verdad, el sentido de la vida y de las cosas, la razón de ser del Creador y de la Creación. Hombres inquietos y valientes que son capaces de ponerse en camino para encontrar la “verdad”, es decir, a Dios. Personas que se dejan guiar por una estrella (personas, educadores, acontecimientos, Iglesia, Evangelio, …), que les va señalando el camino y que les acompaña luminosa en su andadura. 

 Con los Magos empieza la historia de las misiones. Ellos fueron misionados, iluminados por la estrella; después, una vez que reconocieron al Niño, se convirtieron en enviados, en misioneros, en testigos de la fe entre los suyos, anunciaron lo que habían visto y oído. Hoy los misioneros son estrellas que recorren los caminos del mundo, ofreciendo un testimonio limpio y generoso, de fe y de amor cristiano. Todos estamos llamados a ser misioneros donde quiera que nos encontremos, basta con que llevemos el mundo en el corazón, y en él se mantenga vivo Dios y su amor. 

Nosotros debemos ser de los que se han encontrado con Dios, de los que han visto su estrella: Jesucristo, y sienten la necesidad de que otros muchos también le conozcan y le amen. La Epifanía es la fiesta de la fe y del apostolado de la fe, la de aquellos que ya la poseen como un gran regalo, y la de aquellos que se encuentran en el camino para alcanzarla.

Enseñanzas de Los Reyes Magos:1)- Los Magos nos enseñan a mirar hacia arriba para descubrir a Dios, nuestra estrella, nuestra vocación o ideal; 2)- Los Magos nos enseñan a dejar los lugares cómodos y a atravesar, con coraje y valor, largos desiertos en nuestro caminar para alcanzar la meta deseada; 3)- Los Magos nos enseñan a ser desprendidos, dejando a los pies del Niño-Dios nuestro oro, incienso y mirra (bienes, aplausos, sentimientos); 4)- Los Magos nos enseñan a ser “Epifanía de Dios”, lugar de presencia y vida de Dios, lugar de encuentro con él y puentes hacia los demás; 5)- Los Magos nos enseñan a ir en compañía, pues ésta facilita mucho las cosas. El camino que lleva a Belén, hasta Dios, es un camino largo y difícil y no se puede hacer en solitario, caminamos como Iglesia y en la Iglesia; 6)- Los Magos nos enseñan a volver a nuestra vida diaria por otro camino, el de Jesucristo, que no es otro que el del servicio y el del amor.

Que María, la Madre de Dios” y nuestra Madre, nos acompañe y guíe por el sendero más seguro para encontrar a Cristo; que nos haga sentir un vivo interés por acoger, como Ella, a Cristo en nuestras vidas, para convertirnos en portadores de su Persona y su Evangelio en nuestro ambiente y nuestro mundo como “luminosa Epifanía de Cristo”, lugar de presencia del amor de Dios y al prójimo.