Manuel de Diego Martín

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2 de junio de 2012

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Hoy domingo de la Sma. Trinidad, la Iglesia celebra la Jornada “Pro Orantibus”. Esta expresión latina quiere decir día de los que oran. Pero los cristianos, más o menos, ¿no rezamos todos? Esta expresión se refiere a aquellos que consagran su vida a la oración, al silencio, al trabajo, a la vida de convivencia fraterna sin salir de unos muros, dentro de los monasterios.

Para ellos podemos decir, que su trabajo principal es orar por todos nosotros. Pues bien, en signo de gratitud, la Iglesia en este día nos invita a orar por ellos.

Pero en estos tiempos, con la que está cayendo, con ese olvido tan grande Dios, con ese cristianismo que en tantos lugares parece que se nos muere ¿Tiene sentido que haya monjes y monjas ahí encerrados en sus casas? ¿No sería mejor que salieran a las calles, a las plazas para anunciar el evangelio? Todo lo contrario. Puesto que la evangelización hoy es difícil, puesto que la descristianización crece a pasos galopantes, precisamente por eso, necesitamos más que nunca contemplativos.

Hace cincuenta años el Vaticano II nos decía esto: “ellos enriquecen al pueblo con frutos espléndidos de santidad, nos arrastran con su ejemplo, y dilatan las obras apostólicas con una fecundidad misteriosa. De esta forma son el honor de la Iglesia y torrente de gracias celestiales” (PC.n.5). Ellos son, precisamente, la joya de la corona en la Iglesia, ellos son el mejor haber y la mejor vanguardia para llevar adelante nuestras tareas apostólicas.

La Iglesia universal y nuestra Diócesis estamos empeñados en el tema de la evangelización. El grito pastoral de Albacete es “Nos renovamos para evangelizar”. Pues el lema de la Jornada de este año, dice: “La contemplación luz de la nueva evangelización”. Los contemplativos nos hacen ver en este mundo convulso y a veces desnortado sin saber a hacia dónde hay que dirigir la mirada, lo que de verdad vale la pena. Como decía Teresa de Jesús o Rafael Arnaiz, respectivamente: “sólo Dios basta” o “sólo Dios”.

En Albacete tenemos siete monasterios de Clausura. Tres in Villarrobledo, Carmelitas, Clarisas y Cistercienses. Y uno respectivamente en Caudete, Carmelitas de la Antigua Observancia; en Hellín,  Clarisas; en Alcaraz Franciscanas de la TOR y en la ciudad, Carmelitas. Para todas ellas nuestra oración y agradecimiento por el regalo del cielo que ellas son para nuestra Iglesia Diocesana.