Carmen Escribano Martínez

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12 de enero de 2025

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Hemos finalizado la hermosa Navidad, y el Año Nuevo comienza a dar sus primeros pasos, como si se tratase de una tambaleante criatura que poco a poco se suelta de la mano hasta adquirir fuerza y equilibrio para caminar en solitario. Todo pasa, ¡y además muy rápido!

La Navidad es un tiempo lleno de tradiciones, luces, música, bullicio y adornos, que ahora vamos recogiendo y guardando celosamente hasta el próximo año. El bullicio y la alegría de la fiesta han ido de la mano con la nostalgia y la tristeza, y ahora toca volver a la rutina diaria.

Seguramente hemos vivido alguna experiencia hermosa, hemos disfrutado de algún encuentro especial que nos ha hecho vibrar y comprender la importancia de la cercanía, de estar atentos a lo que agrada a los demás, de la compañía mutua. Esto es lo que, creo, debe quedarnos de la Navidad. Al igual que los pastores de Belén, siempre debemos seguir la estrella, buscar la luz en la tiniebla y ser también luz que ilumine nuestro entorno con nuestra fe, amistad y cordialidad.

Podemos aspirar a ser el mejor regalo dondequiera que estemos, obsequiando a los demás con nuestra cercanía, nuestra preocupación por su bienestar o simplemente con nuestro tiempo. Vamos a «decorarnos» con nuestras mejores virtudes, sacando a relucir lo mejor de nosotros para embellecer y mejorar nuestro entorno.

La Navidad es un tiempo precioso que no podemos dejar pasar como si fuera una etapa cumplida sin más. Merece la pena saborear, degustar y guardar su esencia, haciéndola presente en nuestra vida diaria.

Litúrgicamente, con la celebración del Bautismo del Señor, concluye hoy el tiempo de Navidad y da inicio el tiempo ordinario., en el que día a día tenemos la oportunidad de vivir y poner en práctica los valores navideños. La Iglesia en este domingo nos invita a rememorar nuestro bautismo, por el cual fuimos introducidos en la familia de los hijos de Dios y nos convertimos en miembros de la comunidad cristiana.

Así, concluye un tiempo especial, pero comienza una nueva etapa para aplicar lo aprendido, para seguir siendo luz y esperanza en nuestro día a día.