+ Mons. D. Ángel Fernández Collado

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5 de noviembre de 2022

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[fusion_dropcap color="var(--awb-color2)" class="fusion-content-tb-dropcap"]Q[/fusion_dropcap]ueridos fieles de la Iglesia que peregrina en Albacete: 

De nuevo celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, que este año 2022 tiene lugar hoy, domingo 6 de noviembre, XXXII del Tiempo Ordinario. Una jornada para revivir que, como cristianos, formamos la Iglesia de Cristo «una, santa, católica y apostólica» extendida por toda la tierra y, en la cual, cada diócesis es una porción de la misma «que se confía a un obispo para que la apaciente con la cooperación de los sacerdotes». Por tanto, en nuestra diócesis de Albacete, «verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo».

La celebración del Día de la Iglesia Diocesana ofrece a todos los diocesanos un momento de reflexión profunda sobre nuestras comunidades eclesiales, nuestras parroquias y nuestra diócesis, así como sobre nuestra pertenencia y participación en las mismas.

En torno al mensaje «Gracias por tanto» se propone este año vertebrar la comunicación, pues somos una gran familia, y hacer un guiño a la marca corporativa que nos permita realizar un cambio discursivo de la petición a la gratitud, sabiendo que este agradecimiento permite reforzar la importancia de los cuatro pilares que deben sostener a la Iglesia, y nuestra Iglesia particular de Albacete: oración, tiempo, cualidades y apoyo económico.

Este Día de la Iglesia Diocesana nos invita a cuestionarnos qué aportamos nosotros a nuestra Iglesia de la que todos por el bautismo formamos parte y en la que estamos llamados, más si cabe en la situación de crisis social, moral y económica en la que nos encontramos, a aportar nuestra oración, tiempo, cualidades y ayuda económica que dentro de nuestras posibilidades podamos.

La Iglesia se edifica y mantiene viva con la participación activa de todos, pues, como en un cuerpo vivo ningún miembro se comporta de una forma meramente pasiva, sino que participa también en la actividad y en la vida del cuerpo, así en el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia: «todo el cuerpo crece según la operación propia, de cada uno de sus miembros» (Ef 4, 16). Cuando un cristiano tiene una fe viva, coherente y responsable, ve la Iglesia como algo propio y se siente moralmente obligado a poner todo lo que buenamente puede (su tiempo, sus bienes, sus capacidades…), para que la Iglesia resplandezca por la santidad de sus fieles.

El programa para el Sostenimiento Económico de la Iglesia Católica explica qué recursos obtiene la Iglesia y cómo se utilizan para realizar su labor en beneficio de los cristianos y de toda la sociedad. Por ello invito a los sacerdotes a hacer la colecta de esta Jornada con todo interés y a los fieles a ser generosos, pues el sostenimiento económico de la Iglesia depende fundamentalmente de nosotros, bien a través de nuestras donaciones directas, en forma de cuotas, suscripciones o donativos, bien a través de la Declaración de la Renta, en la que decidimos destinar el 0,7 % de nuestros impuestos a la Iglesia católica.

Lo decisivo es que el Día de la Iglesia Diocesana contribuya a robustecer nuestra conciencia de familia, a amar con sentimientos de gratitud nuestras raíces de fe cristianas y a crecer en actitudes de colaboración con nuestra Iglesia.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición,

Ángel Fernández Collado
Obispo de Albacete