Comienza la Feria de Albacete, es tiempo de Virgen de los Llanos. Nombrar la Feria es nombrar a Nuestra Virgen, no se entiende una sin la otra. La Feria es volver a casa y sentir que nunca te marchaste.

Cuando llegas a la Feria, vivas en Albacete durante el año o lo hagas fuera, se hace obligado visitar a nuestra Virgen de Los Llanos en su capilla, donde te espera, como esperan las Madres, con los brazos abiertos, sonrisa amplia y serena que refleja un inmenso amor de Madre, sin cuestionar cuanto tiempo llevabas sin venir, dónde habías estado o por qué no sabía nada de ti, mostrándote con una profunda alegría que está realmente contenta con tu visita.

En ocasiones, vas al encuentro por propia iniciativa o porque te lleva un amigo o un familiar; de cualquier forma, la mirada, la sonrisa y los brazos de la Madre te cautivan y es cuando sientes que realmente estás en casa, te invade una paz y una confianza que serena el alma.

Después, sigues tu camino y sin saber cómo, da igual los años que hayas estado ausente o la edad que tengas que, de un modo inesperado se produce un pellizco que activa el “modo Feria” y viene el momento del reencuentro con quien solo se coincide en Feria, conocidos, amigos, familiares que se ponen en tu camino de esa forma mágica que solo tiene la Feria comprando un algodón, tomando unos churros o en la tómbola de Cáritas.

Feria significa avivar los sentidos que creíamos olvidados, volver a la niñez, volver a creer. Feria significa tener la certeza que la Madre te espera. La Feria es una oportunidad cada año que no debes desaprovechar. ¡Feliz Feria de Albacete y que Viva la Virgen de los Llanos!