Manuel de Diego Martín

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25 de julio de 2009

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Hace unos días se hizo pública una curiosa noticia de que los servicios culturales de la Comunidad manchega para incentivar la lectura entre los escolares de diez años, querían ofrecer el Quijote con ilustraciones pornográficas. Si es muy fuerte esta expresión, al menos podemos decir con ilustraciones de mal gusto por su cargado contenido sexual. Parece ser que Cervantes no escribió el Quijote con viñetas, al menos no como éstas.

De niños aprendimos aquel verso que decía: “El mejor libro del mundo, lo escribió un Manco en mi tierra”. También aquello otro de que el Quijote es un libro que hace a los niños reír, a los jóvenes pensar y a los mayores llorar. La cosa se explica muy bien. Los niños se quedan ante todo con las locas aventuras del Caballero de la Triste Figura y con las ocurrencias y trastadas de Sancho Panza. Al joven le hace pensar porque el Quijote, un libro clásico, se enfrenta con el sentido de la vida, y el todo el dolor e injusticia que a veces lleva consigo. El anciano llora porque en el libro se hace ver un poco el sentido trágico de la vida. Si el filósofo Sartre decía que la vida era una pasión inútil, Cervantes dirá que la vida es una pasión muy útil pero que a veces termina en el fracaso y la derrota. El Caballero no consigue el objetivo que le hizo ponerse en camino.

Cuando era estudiante de bachillerato en el seminario menor, un profesor de literatura formado en Alemania, nos decía que el poeta Heine leía todos los años el Quijote, y cuando llegaba el relato en que el bachiller Carrasco desarmaba al Caballero para hacerle entrar en razones y volver a su casa, rompía a llorar desesperadamente.

Nuestros dirigentes culturales no quieren que nuestros niños rían, que nuestros jóvenes piensen o que nuestros mayores lloren. Quieren que todo el mundo frivolice con el sexo y a vivir a tope que son cuatro días. Es lo que se conoce como el pansexualismo que nos envuelve y caracteriza nuestra cultura hedonista. Así pues sexo en todas partes, sexo en la sopa, sexo en el Quijote.

Gracias presidente Barreda que has llegado a tiempo para retirarlo y enmendar semejante despropósito. Puesto que de esta hemos salido, pidamos al cielo que no nos lleguen con otros despropósitos. Lo que si tenemos que conseguir entre todos es que los responsables de la cultura, lleguen, por favor, a comprender en qué consiste una cultura verdadera.