Manuel de Diego Martín

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4 de septiembre de 2010

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Es propio de un buen juicio no hacer de una cosa lo que no es, así como tampoco desnaturalizar otras, por ciertos prejuicios ideológicos, para que dejen de ser lo que fueron o son en verdad hoy día.

Por eso no me parece muy correcto que a cualquier fiesta de barrio, cultural o de juventud te llamen para celebrar la Eucaristía en la carpa, sobre todo si es domingo y la iglesia parroquial está a unos metros. Con un poco de malicia sospechas que el acto litúrgico es un añadido, un poco como florero, para dar más relieve a la fiesta popular cuando sabes que los organizadores de tal evento no son los que más corren cuando tocan las campanas.

Pero tampoco es razonable que fiestas patronales que nacieron a la sombra de la Virgen o de un Santo, por esos aires laicistas que soplan en nuestros ambientes, llegue un momento en que todo esto se vaya silenciando y las que un días fueron fiestas patronales, se convierten pura y simplemente poco a poco en fiestas populares con el nombre de la vendimia, de la primavera o del verano.

Aquí en Albacete, a Dios gracias, esto no ocurre. La Virgen María, la Virgen de los Llanos es señora de la Feria, nuestra gran fiesta del año. Ella desfila en la gran cabalgata que la inaugura. La Catedral se viste de gala para celebrar la Eucaristía en honor de la Patrona de Albacete. En el recinto ferial tiene la Virgen su trono y con una grandiosa ofrenda de flores y con un multitudinario y cariñoso adiós a la Virgen se clausura la Feria.

En este año celebramos el III Centenario de la misma. Hace poco tiempo nos concedieron el honroso título de que nuestra Feria es de interés internacional. El presidente Barreda dijo en aquel evento que nuestra feria aúna a la vez tradición cultura y economía; y añadió que en ella se expresan nuestras raíces y nuestras propias señas de identidad. Pues bien, no se puede entender nuestra tradición ni definir tampoco nuestra identidad si en la Feria quisiéramos ignorar la presencia y el misterio de la Virgen de los Llanos. Que ella como buena Madre interceda por nosotros para que estos días sean de sana convivencia y fraternidad. Esto nos viene bien tanto a creyentes como no creyentes. Pues los no creyentes aunque no se lo crean, no pueden impedir que la Virgen María sea también Madre suya, pues por ser la Madre del Verbo Eterno encarnado es la Madre de todos. Que pasemos una buena Feria.