Manuel de Diego Martín
|
17 de noviembre de 2007
|
142
Visitas: 142
Esta semana hemos vivido con gran dolor la muerte de cuatro jóvenes en Cordovilla, una pedanía de Tobarra. En este pueblo, en aquel día, las fiestas se convirtieron en duelo pues estaban celebrando sus fiestas patronales de san Diego de Alcalá.
En primer lugar pido al Creador que acoja en sus brazos amorosos a estos pobres chicos que de manera tan desgraciada han terminado sus días. Y pido con toda mi alma a Dios, nuestro Padre, que de fortaleza y esperanza a esos padres, abuelos, familiares y amigos de estos jóvenes para que no se hundan en la desesperación y tristeza.
La muerte de niños y jóvenes en la mentalidad pagana se vivía siempre como el brutal zarpazo que daba la fatalidad, algún dios malo, en concreto, el dios Moloch que se tragaba a los niños. En tiempos del gran mártir S.Jorge dicen que había un dragón que estrangulaba a las doncellas de aquellas tierras. La mentalidad cristiana acabó con el dios Moloch y S. Jorge se encargó de eliminar aquel temible dragón.
Jesús de Nazaret decía que dejasen acercarse los niños a Él y gritaba castigos terribles para aquellos que les hicieran daño.”Ay de aquellos que escandalicen a los niños, más les valdría que les atasen una piedra al cuello y les arrojasen al fondo del mar”.
Ya nadie cree en el dios Moloch. Pero hay otros dioses y dragones sueltos que hacen mucho daño. Estos dioses se llaman velocidad, noches de insomnio, alcohol, pastillas y tantas cosas que nos tienen atemorizadas. Son esos dioses entronizados en una sociedad permisiva donde cada uno hace lo que le de la gana, y donde todo vale.
Que este accidente, que nunca debiera haber sucedido, sea un revulsivo para que la juventud tome conciencia de que por la vida hay que ir de otra manera. Que este accidente sea una llamada para que todos los ciudadanos nos convirtamos en educadores en los valores de la convivencia, como son el respeto a las normas, la responsabilidad ante las cosas, el tener en cuenta el sufrimiento inútil que podemos infringir a los demás, el amor a la vida, el amor a Dios, amigo de la vida. Tenemos que hacer todo lo posible e imposible para que nunca más sucedan cosas tan amargas como estas.