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6 de julio de 2019

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Antes de hacer ninguna reflexión, unas preguntas:

¿Cómo se pasa de niño o joven a persona adulta? ¿Es solo una cuestión física? No. Todos convenimos en que es un cambio de mentalidad progresiva y gradual donde el niño pasa de pensar sólo en sí mismo, a compartir, a socializarse y a llegar a comprender y ponerse en el lugar del otro, y llegar a amar.

¿Cuál ha sido uno de los hitos de la historia de la ciencia, donde hay no solo un gran avance científico sino un cambio de paradigma? Pues el giro copernicano, Nicolás Copérnico formuló la teoría del heliocentrismo. El centro de todo lo que vemos no es la tierra, es el Sol. La Tierra gira en torno al Sol. Esta ruptura fue de tanta trascendencia que alcanzó más allá del ámbito de la astronomía y la ciencia para marcar un hito en la historia de las ideas y de la cultura.

Y esto ¿qué tiene que ver con el Evangelio?, Pues mucho. A Dios le importas, y te ama, y cuenta contigo, y te dice algo muy importante: no seas el centro de tu vida, no seas narcisista ni egoísta ni egocéntrico, no te tengas lástima, ni autocompasión, ni te lastimes, ni te adores, ni tengas autocomplacencia, nuestra vida tiene sentido en cuanto nos damos a los demás, y si tienes fe, descubrirás, que nuestra vida es misión.

España es ya tierra de misión, faltan vocaciones de todo tipo: faltan sacerdotes, faltan religiosos, religiosas, faltan seglares comprometidos que sigan a Jesús de modo incondicional en las parroquias y en las distintas parcelas del mundo civil. Faltan familias que vivan la fe con coherencia y valentía en la intimidad y en la vida social.

Se quiere quitar a Jesús y a Dios del mundo educativo, del mundo sanitario, del mundo cultural y de ocio, del mundo familiar, del mundo público, se retiran crucifijos, se persigue la clase de religión de modo implícito o explícito, se hace mofa o burla de las representaciones religiosas, se quiere relegar el mundo de lo católico a lo privado.

Tierra de misión somos nosotros mismos, cuando no vivimos al cien por cien nuestra fe cristiana y nos quedan dimensiones de nuestra vida y personalidad por evangelizar.

Jesús es claro y sin complejos, ¡adelante¡, no te quedes ensimismado ni atado a tu comodidad y bienestar, si quieres ser feliz, sigue su ejemplo y sus indicaciones.

Entre estas indicaciones destacar lo siguiente:

1.-No os dejéis engañar por el éxito, pues la misión la dirige el Espíritu, y nosotros somos solo servidores, tampoco os dejéis impactar por el fracaso, no somos nosotros los protagonistas de la misión. 2.- Seréis rechazados, en algunos sitios no os recibirán, pues muy bien, sacudíos el polvo de las sandalias. 3.- Id de dos en dos. Vivir unidos y en comunión. No somos héroes solitarios. 4.- sed austeros y confiad en el Señor, la pobreza es parte importante de nuestra vida. Nos pueden faltar recursos, nos puede faltar la salud, pero nuestro espíritu ha de ser el mismo: Seguir a Jesús. 5.- Sed valientes, anunciad mi mensaje, no ideologías, no vuestras consignas, no utilicéis el evangelio para otras cosas, anunciad que el Reino de Dios está cerca. 6.- Dejaos corregir, como Jesús lo hace con sus discípulos, por tanto sed humildes y revisad lo que hacéis. 7.- Estad alegres, pero no por el triunfo del evangelio, sino porque Dios os ama y si sois fieles, vuestro nombre brillará en el libro de la Vida. 8.- Sed personas de paz, llevad la paz como talante y como identidad, dad la paz, crear ambientes y situaciones de concordia y respeto, de tolerancia y de cordialidad. 9.- No seáis ingenuos ni bobos, sed astutos, en un mundo de lobos, sois corderos, daos del todo, como la oveja, que lo mismo da leche para beber, que lana para vestir, que su carne es comida suculenta, y hasta los huesos se utilizan para determinados instrumentos musicales y 10.- orad, orad para que El Señor siga enviando obreros a su mies, misioneros a evangelizar. Sabed que la oración no es repetir palabras, ni poner cara de santo, es sencillamente que el Señor, viva en nuestro corazón y mente, en nuestro tiempo y en nuestra vida.

Para acabar, hay gente que cuando lee la última cena de Jesús en los evangelios, se pregunta si Jesús utilizó tenedor, ¿te da risa, verdad? Pues en este nivel estamos, si no estamos comprometidos con la misión de Jesús y misión de la Iglesia.

El éxito le tapa los ojos a los discípulos, el éxito y el poder fue una tentación de Jesús en el desierto, aprende cómo tienta el tentador, y aprende lo que doblegó al demonio, fue la cruz, su sangre derramada, el escarnio, la corona de espinas, su amor y su obediencia al Padre.

Juan Ángel Navarro Saiz
Sacerdote diocesano