Manuel de Diego Martín

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15 de noviembre de 2008

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Lo que debiéramos recordar todos los días, hoy nos lo recuerda especialmente la jornada de la Iglesia Diocesana con el lema: “Tú eres testigo de la fe de tu Iglesia, PARTICIPA”. Este día quiere hacernos comprender que no somos cristianos por libre, sino que lo somos dentro de una gran familia, dentro de la Iglesia local de Albacete, presidida por el Obispo, Ciriaco Benavente.

Hay mucha gente que ve y va a la Iglesia como a una tienda de servicios, un pequeño supermercado. Cojo lo que necesito, pago lo que me digan y si te he visto no me acuerdo. La Iglesia es una cosa muy distinta. Hay que verla como una familia, una buena familia en la que nos unen los vínculos de la fe, el amor a Jesucristo, la pasión y el compromiso de construir un mundo de fraternidad y amor. El empeño de la Iglesia es hacer que el reino de Dios vaya poco a poco abriéndose camino en nuestro mundo.

En el ambiente diocesano hay mucha preocupación porque cada día tenemos menos curas y los que tenemos son cada vez más viejos. Y nos preguntamos ¿qué va a pasar dentro de unos años con nuestras parroquias? Hay un Proyecto-Borrador que se está discutiendo en todos los consejos habidos y por haber. En los consejos parroquiales, en el de Arciprestes, en el Consejo Presbiteral, en el Consejo de Pastoral Diocesano se está intentando responder desde el análisis de la realidad y con el compromiso de responder concretamente, sin irse por las ramas, a esta pregunta ¿Cómo poder atender a las comunidades parroquiales en el futuro como lo hemos hecho hasta ahora? He asistido a alguno de estos consejos y tengo que reconocer que la cosa no es fácil.

En nuestros ambientes familiares ¿qué sucede cuando falta la madre? ¿Qué pasa en las familias cuando las mujeres trabajan fuera de casa? Pues que ya no vale llegar a casa a mesa puesta, sino que todos los miembros de la familia si quieren comer deben colaborar para poner la mesa. Ha llegado la hora de que si en las parroquias faltan curas, si queremos seguir comiendo, es decir escuchando la Palabra de Dios, celebrando el Domingo, el día del Señor, si queremos seguir trabajando por la justicia, si las cáritas parroquiales quieren seguir vivas, intentando arrancar todas las pobrezas que este nuevo mundo nos trae, no habrá más remedio que ponernos todos, chicos y grandes, a preparar la comida, a poner la mesa. Esto es lo que quiere recordarnos el eslogan de la jornada de la Iglesia diocesana que hoy celebramos, cuando nos dice que cada uno de nosotros debemos ser testigos de nuestra fe, y para serlo, no hay mas remedio que participar activamente en la vida de la Iglesia, que es nuestra familia.