Manuel de Diego Martín

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7 de noviembre de 2015

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Acabo de ver un vídeo que muestra cómo viven los católicos chinos en la clandestinidad, si quieren ser fieles a sus principios cristianos y me he quedado de piedra. No hay derecho que una ideología totalitaria llegue a ver como normal que la gente tenga que pensar, actuar, vivir como el partido manda o si no se vean obligados a vivir como los primeros cristianos en las catacumbas. Todo ser humano debe ser respetado para que pueda vivir en libertad y dignidad.

 

A continuación leo algo más esperanzador. Me informo de las conclusiones a las que ha llegado el XIII Congreso de la Organización “Escuelas Católicas” celebrado estos últimos días de octubre en Madrid y veo una gran luz para hacer frente a esas fuerzas políticas que, a la manera china, quieren eliminar los centros educativos que tengan un idearium cristiano o quitar la asignatura de religión en todas las escuelas concertadas y públicas. ¡Qué barbaridad!

En este Congreso han participado 1800 directores y profesores en representación de los 2.590 centros que tienen en España con un millón doscientos mil alumnos. En Albacete también tienen colegios “Escuelas Católicas. En estas conclusiones piden ante todo un Pacto Social para apuntalar bien dos cosas: por una parte, la libertad religiosa y por otra, la libertad de enseñanza que van tan unidas. El eslogan del Congreso ha sido: “Sabemos educar en libertad y compromiso”. Y entre sus conclusiones nos dicen que ellos educan con fe y en la fe. Naturalmente respetando a todos aquellos que dentro de sus aulas tienen otra confesión, pues el pluralismo, el dialogo intercultural y religioso lo llevan en su ADN educativo.

Si como decía el poeta: “el hombre es lo que importa”, no tanto el que pertenezca a una sigla u otra, lo que importa de verdad es el hombre entero, el hombre en su dimensión más profunda que se muestra en su ser religioso. No podemos hacer de los chicos productos artificiales conforme a ideologías dominantes de un momento. No podemos hacer experimentos como con crías de ratón para sacar de ellos lo que se les antoje a los señores del poder político. Lo que importa es el hombre, el hombre entero, del cual lo religioso es una dimensión esencial.

Otra reivindicación que el Congreso ha hecho es recordar con toda firmeza que quienes son los responsables de educar a sus hijos son sus mismos padres. Son ellos los que deben marcar el camino en diálogo con los centros para ver en qué valores deben ser educados sus chicos. Que nadie provoque cortacircuitos que no llevan más a que una sociedad alocada. Así que ¡bravo! “Escuelas Católicas” vosotros sois una esperanza de futuro ante tanto desconcierto.